desde el camino
La ruta va bordeando las vías de un tren que algún punto
cambia su rumbo y despunta para otro lado, porque después de firmat le perdemos
el rastro. De hecho, el tren que llega a venado tuerto no viene de los pueblos
que conecta la 33. De hecho, todos los venadenses que ahora tienen 60 años,
viajaron alguna vez en tren desde Venado a Rosario, o viceversa. Recuerdan que era un viaje de
entre 5 y 8 horas, tenía algunos bemoles de los que dependían. Por ejemplo, un
trasbordo de líneas en la localidad de Santa Teresa. Es una pequeña localidad
del departamento de Villa Constitución, que está en la línea de la ruta que
llaman el chapuy, porque une la ciudad de villa constitución con la ruta 8
cerca de venado tuerto, pasando por localidades importantes en la historia como
cepeda, melincué, elortondo, máximo paz, Alcorta, pero el caserío de Chapuy se
lleva el nombre. Es una ruta que está bastante rota, pero que va bordeada por
la vía del tren. En santa teresa pasa otra línea que une a rosario con
pergamino, y ahí hacían el trasbordo los venadenses. Por qué no había una línea
directa que uniera rosario y venado tuerto? Claramente, venado tuerto no estaba
llamada a ser la gran urbe del sur de la provincia. Si lo logró, fue no
solamente por la riqueza que empezó a generarse gracias a los campos de su alrededor,
muy fértiles y propicios para la agricultura, sino que también comenzaron a
instalarse fábricas, inesperadamente, que atrajeron alguna mano de obra. La economía
de la ciudad se vio modificada por eso y por el hecho de que, en desmedro del
ferrocarril, se asfaltaron muchas rutas que adquirieron relevancia. En venado
está el cruce de la ruta 33 con la ruta 8, de suma importancia porque es el
cruce de la ruta de la riqueza con la ruta que une a lo ancho la capital con el
lugar en donde se produce el vino. Venado tuerto, ciudad de borrachos
prósperos, ciudad de drogas y alcohol. La droga viene por la 33, el alcohol por
la 8. El coctail es fenomenal, se trata de una ciudad que está constantemente
de fiesta. Sus habitantes se quejan, porque la fiesta nunca les es suficientes,
consumen lo que les buenos aires les deja, replican hasta los miedos de los
porteños. Pero hablan sin las eses como los rosarinos. Son descendientes de
inmigrantes, pero necesitan identificarse con el gaucho en la simpleza, en el
modo valiente, y en la alimentación aburrida. Sin embargo se acuerdan, no
pueden negar del todo su origen europeo: anglosajón celta vasco italiano
eslavo, algún alemán, poco y nada judío.
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