alambrar y desalambrar
No vivimos esa época en que no había alambrados, por lo tanto no podemos concebir que eso fuera lo natural. Un hilo metálico define las parcelas del mundo, y si bien es cierto que puede atravesarse fácilmente, no deja de incomodar a quién su deseo es habitar la tierra.
Se tomaron el trabajo de parcelarla en los papeles, y no contentos con eso, fueron a lo real y la delimitaron, ante el estupor de los nativos que no entendieron jamás lo que estaba sucediendo. Aun cuando quisieron meterle a palos 1500 años de cristianismo, como aviso de lo que iba a suceder, hacerles saber que ese campo abierto ya no les pertenecía, no lo podían comprender.
¿Propiedad privada? ¿Qué lengua bífida puede traducir en noble el sentido concreto de esa abstracción? ¿Quién puede explicar, por fuera de las lenguas de la cultura occidental, qué lo qué con estas cosas?
Si el mundo fue creado desalambrado, ese mismo es el destino del mundo. La revancha del pobre es saber que el capitalismo no tiene futuro, que no durará para siempre, pero así y todo algo no cambia, y es la cuestión de la vocación esclavista del capitalismo. El esclavo, el obrero, el proletario, han concebido y perjeñado una serie de pequeñas y sutiles revanchitas, pero no alcanza, como dice una amiga, no alcanza.
Alambrados, se ven los hilos. Y sin embargo sabemos que algo no durará. Pero no lo veremos. Qué macanuda puede ser la verdad, cuando nos damos cuenta que estas manos que tipean esto ya están podridas, yacen en el polvo. estos huesos que se meten en las carnes ajenas, que se regocijan, ya están muertos, vivos y muertos. Y los alambres están ahi, llamando a los hijos de nuestros hijos que vendrán con más lucha, con la esperanza de la lucidez, y con cortadoras de alambres. Qué trabajo desvestirse de la propia cultura y sin embargo, qué inútil suele ser todo. Pero también es necesario que uno se conozca, saber de sí.
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