trastorno matemático
cuando uno tiene facilidad con los números los padres se entusiasman, piensan que les va a salir un contador que va a ganar dinero trabajando poco, o un economista (aunque no se ilusionan con la idea de que llegue a ministro y esas fantasías que en los 90 estaban aun en boga cuando se elegían carreras universitarias). Pero no se sabe nunca realmente a qué clase de números uno le tiene más cercanía. Son números, y uno los entiende y están ahi y los suma o los resta, o los divide etcétera.
Como cuando en el fútbol, había partidos que los jugaba muy bien pero después jugaba no tan bien el siguiente, en los números he sido irregular. A pesar de eso, he alcanzado cierto nivel en su momento de lo que he podido sentirme orgulloso: clasifiqué más de una vez para los juegos olímpicos de matemáticas (me gusta llamarlos juegos olímpicos), a nivel local, dos veces. Es verdad, iba por las facturas. Sabía que no podría pasar esa instancia. Pero una vez me pasó algo que no me puse jamás a analizar.
Se me dijo que había resuelto el problema y había llegado al resultado correcto, pero que el recorrido para llegar al resultado era inentendible. Había inventado un recorrido, quizás más largo, pero había llegado. Si me hubieran pedido que explicara lo que hice (tendrían que haberlo hecho en el momento) quizás me hubiera podido explayar, o no. En cualquier caso hicieron que un tipo de una iteligencia mediana se sintiera un incomprendido. Quizás fue mi primer acercamiento a la literatura, o al arte. Un matemático incomprendido no tiene mucha razón de ser, un artista incomprendido es lo más. Y se siente bien siendo un incomprendido, se siente uno a la vez fuera y dentro de su tiempo. En el límite, como quien diría.
En fin, el tiempo pasó, yo me olvidé de las matemáticas con un rencor del que también me olvidé. En el último año de escuela le pedí a la profesora que fuera benigna conmigo, que iba a estudiar literatura, y que no quería esforzarme para resolver esos malditos enigmas. Me dio el beneficio, y ya no escribí un número más en mi vida. Pero nunca dejé de sentirme docil a las matemáticas, nunca dejé de sentir esa facilidad.
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