domingo, abril 27, 2014

de un relato que, dicho por mí, suena indulgente

Pienso mucho al pedo. Es decir que no pienso, o no pienso correctamente. También, no hace mucho tiempo, me he dado cuenta que en el aprovechamiento extremo del poco tiempo que tenemos de vida, no deberíamos dar lugar a lo que es al pedo o sinsentido.
Pero parece ser que algunos se empeñan en afirmar que todo tiene un sentido, y que si algo es, es por algo, y esas cosas. Personalmente ya no tengo idea, y me cansa mucho tenerla tanto como no tenerla. No entiendo nada, y se me hace insostenible cada cosa que crea entender cuando ya no la puedo explicar.
Entonces, por qué la sarta de pavadas que escribo como si tomara notas de algún asunto, para qué la sarta de pavadas que leo cuando otros escriben con seriedad o sin ella de algún asunto en el que se les va la vida o no, si nada de todo esto tiene al fin de cuentas un sentido.

Querés que nos conozcamos? Querés o no querés?
esa debería ser la pregunta para todo, pero a veces no pasa solamente por querer, y ser correspondido en ese querimiento. A veces hay que ir un poco más allá. a veces suceden las cosas por que sí, sin que uno las busque. a veces se cae a pedazos y no hay nada que hacer.

hoy no hay nada que hacerle.

No hay comentarios.: