miércoles, abril 30, 2014

carpe diem

No me escondo más de mi espíritu liberal y fracasado que me dicta a vivir el día sin pensar en el pasado, sin pensar en el futuro. Al fin de cuentas qué es lo que hay ahi sino el horizonte de lo real, de lo que verdaderamente es, y eso, eso tiene que ser vivir la vida.
Hay gente para quienes la vida es siempre esperar, esperar lo porvenir, siempre se mantienen espectantes, mirando desde un costado lo que sucede, no saben bailar. Bailar es salir a jugarse todo, es poner el cuerpo, lo vivo, en acción. Yo quiero poner mi cuerpo en acción, desnudarme en el viento entre la gente que se desnuda y juntos refrescarnos y refregarnos hasta que sepamos claramente que es hoy, es el día, es el momento indicado y en lo único que tenemos que pensar.

No creo en los sacrificios. Hay gente que vive en el pasado, y que dice que consiguieron ser esto que son como producto de sus esfuerzos, de su sacrificio. Pero qué consiguieron? un auto? una casa? esos chicuelos que corretean alrededor vestiditos de adultos? Esas ficciones no son más que espejismos extremos para su consuelo. Ellos no saben vivir. Una vez al año se van de viaje a algún lado para demostrarse a sí mismos que están en el mismo mundo que habito yo. Pero no, saben que no lo están. Yo estoy en el día, yo estoy hoy y ahora aquí mismo. Y me siento libre, y mi libertad me dice que yo mañana podría estar en cualquier otro lado y lo haría, de hecho lo he hecho alguna vez. Me he levantado a la mañana, una mañana cualquiera de cualquier momento del año, y he dicho qué ganas de estar en Valladolid, y allí me he dirigido con la amplia certeza de que allí estaba en lugar en donde quería estar. Pero así como he llegado a Valladolid he ido también a Granadero Baigorria, y junto al río he enterrado algunas de mis penas. Porque no todo es goce en la vida, y no todo es ser feliz. Qué se piensan los ricos? que uno porque vive el día no sufre? Sufre y mucho. Ser auténtico tiene su precio, y el precio es la envidia, y el precio es el desdén, y el precio es la subestimación. Porque los otros valoran los autos, las casas, y uno que va por la vida sin tener nada, porque no valora esas mismas cosas que son ni más ni menos que valores inculcados por el capitalismo berreta que se les metió en la cabeza y que los hace consumir cocaína como si fuera el bálsamo contra la infelicidad que no quieren reconocer, el mismo capitalismo que ya tienen en la sangre y que les circula naturalmente y no lo pueden negar pero no lo quieren aceptar tampoco porque son seres tan egoístas y ególatras que no saben quiénes son, todo eso es un problema para mí que de algún modo me toca y me aqueja.
Porque es difícil vivir en un mundo en donde uno está aislado de tantas conversaciones. Pero por eso mismo uno también puede ver, puede observar y decir yo así no quiero vivir mi vida. Yo quiero seguir bailando, soñando, no quiero vivir para trabajar, para ganar dinero solamente. Para qué quiero el dinero, para qué quiero tener hijos? todos tienen que tener sus hijos pareciera ser el mandato. Todos? Si no tenés hijos ya, entonces, mire, es usted un fracasado. Todos los hijos ya y ganar dinero, ya, que se acaba lo que se daba. No hay más esperma en el banco de esperma.

No saben disfrutar. Yo  sí sé disfrutar. Yo disfruto. Tengo mi panza llena de disfrute, hago lo que quiero, no pienso en que haya futuro. Ahi van, estoy yo con mis límites, con mis horizontes, soy yo mismo mi droga extensa, nazco y muero a cada rato, soy mi propia comunión y soy mi rito y mi resurrección. Vean, la vida es una sola y hay que vivirla a pleno. Háganme caso, les digo, mirenme a mi, mirenme, soy feliz.

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