jueves, noviembre 21, 2013

como en todo

papas y huevo, para hacer una tortilla. Se fritan las papas en el aceite, pero no como para cuando quedan fritas doradas, sino blandas nomás. El aceite tiene que estar caliente, lo más caliente posible. Porque el aceite no se evapora cuando llega a 100 grados centígrados, porque justamente tiene otras propiedades diferentes a las del agua.
Pensaba en que hay mucho de casualidad en la escala de centigrados, justo que el agua se evapore a 100 y se congele en 0, o acaso el agua es el elemento escala? y si así lo fuera, por qué no la tierra, por qué no el aire?
en fin, cosas que uno se pregunta mientras las papas se van fritando. Los huevos todavía en sus cáscaras, no hay que adelantarse. Mientras ponemos una musiquita, puede ser, qué puede ser? Un rock, un jazz, un folclore. Al mismo tiempo me prepararía un fernecito, un fernet con coca, qué sabor. Este disco de Leo vamos a poner, en el que toca todos los instrumentos él solo. A veces ese sonido me reconforta, qué está pasando en esos discos de jazz, en el que se repite lo que no se puede repetir, que es el concepto. Acaso es un lío sonoro. Las papas están fritas, las voy poniendo en un bol, voluntariamente aceptado.
El punto de fritura es muy importante: no deberían estar tan doradas las papas, ya que luego tendrán más calor que pasar. Una vez que todas están blanditas, y ricas, en el bol, le echamos unos huevos previamente batidos. Para romper los huevos podemos usar otro huevo, o un tenedor. Hay que cacharlo apenas y luego vertir el contenido del huevo, yema y clara, en un plato o en un contenedor equis. Pongamos 4 o 5 huevos para hacer una buena tortilla. Vendrá gente? acaso en mi imaginación ellos vendrán. Si les escribo que voy a cocinar una tortilla, quizás se tienten y me digan que quieren que los convide. Y qué mejor, un poco de compañía en la noche, para charlar de algo, para pasar el rato. Hay que batir los huevos entonces, todos los 5 huevos, va a ser una tortilla gigantesca. El batido es rápido e indistinto. Hay que cocinar rápido, veloz, como la vida de hoy que pasa como el avión de torpedo. Pero el fuego tiene su tiempo, aunque con más razón, todo lo que pueda ser previsto no puede ser corrompido, el fuego tiene su tiempo y nosotros podemos apurar el proceso que nos toca, o sea, el batido. Batimos batimos y luego mezclamos todo, las papas y el huevo. nada de cebollas.

Una vez que mezclamos todo el asunto en el bol de las papas, con el huevo, condimentamos con un toque de sal, algo de pimienta, y así, teniendo la sartén lista y bien caliente, y con un poco de aceite nuevo para que no se pegue. echamos todo ahi, entonces, así, directo, sin medias tintas, sin más preámbulos. Qué decir de todo lo que se cocina cuando se cocina. Cuánto hay de tierra, cuánto de agua, cuánto de mundo. Esa gota de agua que viajó de un lado al otro en forma de nube, que llovió y mojó la tierra, generando un aroma especial al campo al que hacía tiempo que no le pasaban el arado, pero que las papas seguían creciendo igual, bajo esa tierra de bulbos y trapecios, y esa gota tan viajada, tan conocedora del mundo y la cultura, viene a humedecer esa tierra y a mojar de ternura algo de ese bulbo, de esa raíz que energizada por la fotosíntesis que el sol a las hojas de clorofila intercambian, permitió que crecieran más y más hasta que la papa fuera una señora papa y recolectada por algún santiagueño o tucumano venido a la cosecha con ese fin, fue llevada al mercado y desde allí a la verdulería de la vuelta de mi casa, cuyo verdulero al verme llegar me saludara con su habitual simpatía con palabras como master, genio, ídolo, o willy o la que más guste.
Ahora allí, volcada en la sartén, haciéndose para siempre tortilla y luego parte de mi carne, cuando la haya comido, la haya digerido y terminado. Y quién sabe cómo seguirá su proceso, su vida, ya no digo la papa, pienso en la gota de agua que vino de la nube a parar a mi casa.

Hay una técnica para dar vuelta la tortilla, cuando esta está lista se coloca un plato encima y hay que tener mucha fuerza para girar y que no se vuelque o caiga al piso. así, bien.
ya casi está lista.

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