miércoles, noviembre 20, 2013

como solo

Para preparar una tortilla de papas se necesitan huevos y papa. Esto es una falacia ya que no estamos diciendo otras cosas que se necesitan, y sin hablar de la cebolla que ya es en sí toda una temática en sí misma (cómo se corta una cebolla, cómo se cultiva, qué tipo de cultivo es, su descripción semántica, el poema de Hernandez sobre las capas, su talento de hacer llorar a los gigantes, todos temas que podrían tenernos por horas charlando sobre estos asuntos), pero nunca tenemos en cuenta que también hacen falta una tabla, un buen cuchillo y una sartén. Y del aceite nadie habla, porque se da por sentado, pareciera que aceite todos tienen, y no es tan así. En una época se usaba grasa de chancho, cuando escaseaba el líquido virginal. Y cuántas veces hemos mezclado diferentes jugos vegetales, oliva, maíz, girasol, en una misma ensalada. Y son tan distintos.
No es menor que todo el mundo hable sin decirlo, y que lo diga sin querer significarlo: contigo pan y cebolla, seremos pobres y la pasaremos bien sería su sentido. Y se olvidan que el pan estará embebido de aceite y con un poco de sal, que de ahi viene salario. Me contaba un amigo historiador que cuando el mundo todavía no era mundo y no existían las monedas y esas cosas, la gente se pagaba con sal, que era algo muy valioso porque al no existir otro tipo de elemento como el refrigerador que nosotros llamamos heladera y en Italia llaman frigo, como si fuera todo un frigorífico, la gente conservaba los alimentos con sal, será que la sal está a otra temperatura. Entonces de ahi viene salario, como modo de intercambio o pago. Qué gran invento la heladera, nos permite poner comida por varios días, y conservarla como para consumirla cuando queramos prácticamente. Antes se comía todo fresco, excepto cuando se trataba de lo que había sido conservado en sal, que por lo general era carne que se secaba y entonces le llamaban charqui. Y al final no es tan así; cuántas veces nos vemos tirando comida porque se hecha a perder en la heladera, al no ser consumida. Cuántas veces hemos tirado el asado frío que hace una semana está esperando ahi, en la segunda bandeja de la heladera. Es que uno a veces tiene otras cosas que hacer, o tiene compromisos que lo llevan y lo traen y no come en casa y esa comida espera a que alguien le preste atención y no se la da, y sin embargo hay tanta gente en el mundo que sería feliz con ese cacho de asado, de tira, de comida grasosa repleta de colesterol.
Y sin embargo, la heladera estiró la agonía de esa vaca, lo que quedaba de esa vaca. Y estira la agonía de tantas cosas que ya están agonizando, que una vez abiertas es mejor consumirlas dentro de los siguientes 5 o 6 días. Parece ser que se llenan de bacterias raras que van carcomiendo las cosas, entonces la comida que espera ser ingerida ya está siendo digerida en realidad por otros organismos que no podemos ver, y que la están echando a perder. Esos honguitos en el queso, bueno, los podemos separar y sigue siendo un buen ejemplar con el perfecto sabor de su horma. ¿Y acaso no es el queso un ejemplo de la forma, sus límites? El queso, el pan, la cebolla, todo lo que necesita un hombre para ser feliz en su soledad. Nos olvidamos de nombrar el aceite, lo que damos por sentado, como nos olvidamos de nombrar la luz para vernos las caras en la noche, porque lo damos por sentado.

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