miércoles, febrero 06, 2013

de prepo

ya pasó de moda eso de andar hablando de política y economía. ahora lo que va bien es hablar de autos. desde que tengo auto todo cambió en mi vida, y me siento más acorde con lo que soy: una persona bien. Porque yo siempre fui un tipo bueno, digamos, un tipo bien. No tuve problemas nunca con nadie. Lo que se dice buena gente, viste, buena persona y ser humano. Conozco a varias personas como yo, pero por suerte siempre muestran la hilacha, no como uno, que siempre es el mismo. Porque yo no cambio, yo desde siempre que pienso igual y digo siempre las cosas de frente. Entonces para qué hablar de política si podemos hablar de cilindradas, o de viajes. El otro día subí a mi auto confortable, pasé a buscar a unos amigos y nos fuimos a pasar el día por las rutas. Qué lindo que es poder pasear, manejar, conocer lugares. Yo a los viajes no los cambio por nada, es lo único que uno se va a llevar al fin de cuentas. Porque la plata, qué vas a hacer, si la tenés, gastala, porque quema, viste. Yo pienso, a mi me gusta tener una vida de primera, a mi me gusta vivir bien. Eso de andar haciendo sacrificios es de tontos. Y bueno, cada uno se da la vida que puede, entonces yo siempre así disfruto, viajo con amigos, no son siempre los mismos porque bueno, no siempre pueden mis amigos. Muchos de ellos trabajan y otros tienen que responder a sus mujeres, los tienen como esclavos. Claro, por tontos, yo les digo siempre, se los digo en la cara. Por tontos, porque ellas no les dejan hacer nada, del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, como si no tuvieran otra vida, anterior. Y ellas seguro que se van de farra por ahi, se juntan con las amigas, seguro, a hablar mal de los maridos. Y les usan el auto. Yo por suerte tengo mi auto para mi solo, le pongo primera, le pongo segunda, le pongo tercera. Lo lavo, lo peino, lo encero y lo guardo. Mi auto, un modelo nuevo.
Antes no tenía auto y tenía que viajar en bondi. El bondi está lleno de gente que no sabe compartir, nunca me dejaron el asiento, por ejemplo. Y la gente que viaja es de lo más diferente, gente de todos colores, rara. Yo me sentía más raro todavía. Ahí no podés hablar con nadie, no podés entablar una conversación con nadie. Muy cada tanto sube alguna chica con lentes para sol (no, si ya aprendí que los lentes de sol engañan a la gente, puede parecer que la mina está buena con lentes de sol, se los saca y no estaba tan linda al final) y unas calzas, o un pantaloncito de esos que se usaban, bien cortitos, en verano, cargando una sombrilla yendo para la florida. Pero es difícil entablar una conversación con la chica en un ambiente de bondi. Yo preferiría el boliche, donde por lo menos la invitás a tomar un trago o a bailotear. A veces no quieren un trago, ni bailotear, directamente te miran mal, como si tuvieran anteojos de sol, y te mandan a freir. No, las chicas no tienen todo el tiempo puestos los anteojos de sol, y eso significa que hay que leer qué dicen con la mirada. Porque no hay sol todo el tiempo. Pero a veces sale el sol y entonces no tienen a mano los anteojos de sol, y ahi es cuando es el momento de atacar, cuando tienen esa guardia baja. Ya a esa altura uno no pregunta si quieren bailotear o tomar un trago. Hay que tirarsele encima sin mediar palabra. No a todas les gusta eso, pero algunas se dejan, sobre todo si el sol ya está dándole en la arruguita que tienen al lado de los ojos, la sombrita. No hay que perder el tiempo y decirles, ahi nomás, que uno tiene el auto estacionado. Voy a buscar mi auto y vengo, les digo, para que ellas vayan sabiendo que no están hablando con un cualquiera que las quiere para un rato nada más. Uno es una persona seria, años tengo de trabajo, y de terapia ni te cuento. ¿Porque qué se cree? ¿que esto llega así de un día para el otro? No, uno laburó, uno puso el lomo, se bancó a un jefe pelotudo, se bancó las mil y una, el compañero que te caga, el tipo que no quiere laburar, el que te hace quedar mal adelante de los jefes. Y lo mínimo que puede uno tener es una compensación por todo eso. Imaginate si le tenés que decir a la mina esperá que freno el bondi. No, no hay cabida ahi, quedás re mal.
Si algo me cambió la vida esto de tener auto es la sociabilidad. Yo antes en la parada de colectivo, ahi, había una chica que siempre esperaba a la misma hora el mismo colectivo. Una vez nos miramos, nos empezamos a saludar como al mes. Rubia, con el pelo largo, alzado siempre. Ella tenía como cara de mala, el mentón pronunciado, pero era linda. Capaz que hasta era buena, pero una piba con mucha actitud, como esas que reconocés a una cuadra, la ves venir. Pero ella introdujo el bocadillo y yo ahí empecé a hablar, que es mi especialidad. Que pa pa pa, que pa pa pa. Al tiempo nos dejamos de ver, porque uno a veces falta a la parada del bondi, o tiene una temporada de quedarse dormido todos los días, acostarse tarde, y esas cosas. Entonces cuando la volví a ver, como a los tres meses fue como que volvimos a desconocernos, ya no me saludaba. La pucha. Dije. Entretanto, claro, otras chicas llegaban a la parada del bondi, y la parada se ponía linda, pero también llegaban las viejas, los pibes chorros, los boludos que van de trajecito (los pibes chorros) a trabajar en la oficina, y así estaba la parada, llena de gente chorra y yo. Y ni qué decir de cuando uno se sube al bondi, lleno de gente que mejor ni mirar, ni dirigir la palabra. Y esos olores no son nada, cuando estuve en bolivia, ahí te quiero ver. No acá son limpìtos, pero son unos resentidos e irrespetuosos, con toda esa cumbia y esos celulares que tienen que mostrarle al mundo que tienen bafles, no sé, quieren vivir en una discoteca algunos pareciera. Pero eso es porque son pendejos, porque después se vienen un poco grandes y se les pasa, pero algunos se vienen grandes y pelotudos, y las madres son idiotas, no quieren que sus hijos la pasen mal, y entonces los dejan que no vayan a trabajar y se la pasan el día entero vagueando, mirando la televisión, gente grande, mientras sus madres invierten su espalda en trabajos forzados como servicios de limpieza para darles de comer, y tienen que viajar en bondi.
Pero eso por suerte se terminó desde que me compré mi auto, yo le digo el estupendo. Con el estupendo a todos lados, nos vamos para acá, para allá, para donde quieras. Y ahí cambió la sociabilidad, cambiamos las viejas del bondi por las chicas jóvenes que salen de clase de tenis y que se estacionan en la estación de servicios a cargar la nafta, o el gasoil. Pero el gasoil es cosa de camioneros y de esposas de tipos ratas. Ahora se usa nafta, nafta y a lo sumo, la esposa de un tipo rata o una chica soltera, GNC:. Y ahi la charla es más posible, que super, que común, que sin octanos que con super extra. De repente la minita va para el quiosco de la estación, y uno se le va atrás. Te pedís un le mans suaves mientras ella saca la coca cola. Le decís te invito a un café. Les parece de lo más osado que un tipo las invite a un café en una estación de servicios. Pero como es todo a la luz del sol y ellas tienen anteojos de sol y están haciendo tiempo, y no tienen nada que perder, el marido está con su amante o en su trabajo, que es lo mismo por lo general, y entonces dicen que sí, que toman el café. Y se abren, viste. Ahi largan el chorro, se nota que no van a la terapia y largan, a veces de más. No, a esas no me les tiro encima de una, a esas es un trabajo fino, ellas tienen que caer solitas, arrodilladas ante mi. Todavía no me dio resultado, pero es todo muy nuevo, lo mío, en el mundo de los autos.

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