miércoles, julio 04, 2007

ulises y el mono diez

.



mi mono es una masa. Mirá, un día yo le dije: mono, vamos a jugar al scrabel, y el tipo saltaba de la alegría. Ese día nos habíamos desvelado porque, claro, siempre pasa, no? A veces te da diarrea, otras veces te desvelás. Nunca se llega a estar al cien por cien, claro, sino la vida sería perfecta, una ganga. Pero no, la vida no es perfecta, a veces te da diarrea, y a veces te desvelas. Digamos una vez al mes, cada cosa. Como la luna viste. Ponele cuando hay luna llena te desvelas, y cuando hay luna nueva te da diarrea. Como una cosa para organizarte, viste. Organizado como mi mono no hay. Yo no soy organizado, pero mi mono aprendió a doblar las ropas, todas las noches me dobla la ropa. La mirta feliz, hay que verlo al mono planchando. No, si la mirta se queja pero en el fondo feliz está.
Pero bueno, a lo que iba, al grano pato que mañana marzo, una noche estabamos en el telo ese, que no era un telo telo, era un hotel donde a veces paramos los camioneros, viste, sobre todo cuando hay luna nueva y no da para dormirte en el camión, entonces te vas a un hotel. Este es un amigazo, porque sabe que tengo un mono y no hace drama. Está bien que conoce al mono y lo banca porque es un mono educado. Pero bueno, hay cada loco que tiene hotelería en este mundo.
La cosa es que esa noche estabámos con el mono, nos desvelamos. Si te digo cómo nos desvelamos te morís de la risa: por las matemáticas nos desvelamos. Te das cuenta. Es que yo a veces me hago preguntas pelotudas, viste. Es que para mi no son pelotudas las preguntas. Es que a veces hay que pensar, viste. Todos compramos que dos más dos son cuatro, pero vos estás seguro que dos más dos son cuatro? Yo sí estoy seguro porque te juro que lo pensé una y mil veces y siempre da, dos más dos, cuatro. Punto. Te juro. Pero yo te la pienso, no ando comprando buzones asi como así, antes te la pienso un rato.
Pero esa noche nos desvelamos, pará que te cuento. El telo este, que no era un telo sino un hotelucho, ponele media estrella, ponele una, para no ser jodidos. Tenía el baño que era una joda: igualito a la peli esa de hichcoch psicosis viste, viste la escena esa del cuchillo wi wi wi wi, bueno, así. Tenía una bañera y una ducha. Pero era de chapa la bañera, del año del pedo mocho. Claro. Bueno, resulta que voy, me pego una ducha y el mono ya se había acostado en su cama, porque este mono es un monazo. Nosotros vamos a hoteles y pedimos habitaciones con dos camas viste, porque este mono es educado educado que ni te cuento. Resulta que me pego la ducha y me tiro a dormir, pero queda goteando viste, y cada vez goteaba menos y menos. Y ahí surge la matemática que te desvela: primero cae un chorro y después empieza a gotear. Ni te lo imaginas, la progresión continua ni ahí que te la imaginas. No es 1, 2, 4, 8, 16, 32. lo lógico, se supone. No, ni te lo imaginas. Me puse a contar los segundo entre gota y gota. Y qué querés, si se escuchaba desde la otra cuadra la gota que caía en la bañera de lata que sonaba para todo el barrio.
La cosa es que nos desvelamos a la mierda. El mono entró a saltar en su cama y yo tratando de calmarlo. Entonces le digo: mono, vamos a jugar al scrabel. Cómo se reía, ese mono loco.
La cosa es que nos ponemos y bueno, le gané. Y sí, el mono será muy bueno y todo, pero dejarle ganar por dejarle ganar. No es que no me guste perder, pero las cosas en su lugar, a los amigos no hay que tenerles lástima. Le gané y listo. Cuando se hicieron las 3 nos dormimos.

No hay comentarios.: