miércoles, junio 13, 2007

los mitómanos I

este hombre se pasó la vida entera cambiando el discurso. un buen día, al principio de la historia, se toma un tren que va a otra ciudad. allí llega, se instala, busca un trabajo. comienza a frecuentar un lugar después del trabajo y antes de la casa. hasta aquí no hay nada fuera de lo común. la cuestión es cómo se presenta ante esos otros, esos novedosos otros. esta gente no sabe quién es, qué hizo, por qué está allí, en ese bar del oeste norteamericano, salido de un dibujo animado como lucky luc.
entonces se inventa un mito personal, se inventa una historia de mentira, deliberadamente de mentira, mentira por donde se mire. dice: soy el pistolero más rápido del oeste de wisconsin, o dice, yo fui un gran poeta allí de donde vengo, o dice, yo fui camarero mucho tiempo, el mejor camarero, el que más dinero ganaba al final de la jornada, o dice, yo fui playboy, allá donde vengo mi padre tiene 8000 hectáreas de campo y me encanta salir de reviente con mis amigos, pero ahora quiero independizarme y ganarme la vida entonces vine aquí para tomar un poco de distancia y reflexionar. cualquiera de estas historias comienzan así y luego se van hilando con anécdotas también inventadas, sobre todo con historias de otros contadas como si fueran propias.

el tipo después cambia y antes de empezar a creer su propia mentira se marcha, se va a otro lado, recomienza, inventa otra historia, otro mito de origen. dice que viene de la pobreza, que si está donde está es por todo su esfuerzo, y así.
un día, ya viejo, se encuentra con alguien que conoció a los 24. se reconocen evidentemente, podrían saludarse y nada más. sin embargo el otro insiste en saber más, en saber qué pasó con aquel muchacho que hizo esto y aquello. el otro niega todo, dice que no es verdad que aquello haya sucedido, dice que no es verdad lo que el otro le dice que él dijo alguna vez.
quién es el mentiroso?
contado así es claro, pero el punto de vista? el momento en que se formula la cuestión? quién dice la verdad y quién miente cuando cualquiera puede mentir o decir la verdad? a quién hay que creer en igualdad de condiciones.


los compañeros de la infancia, los que nos vieron crecer, los que nos enseñaron a decir mentiras. esos saben el gesto exacto, la mueca que hacemos, cuando decimos una palabra en la que nadie, o acaso todos, deberían creer.

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