miércoles, junio 13, 2007

los mitómanos II

Leyó de chico las mil y una noches. creyó.

cuando se hizo adulto salió a la caza de un tesoro que sabía que terminaría encontrando en el patio de su casa. recorrió dos o tres lugares, regresó a su casa. hizo una excavación en todo el patio pero no encontró nada. tuvo en cuenta el valor metafórico de la frase para hacerlo, pero no podía resignarse a creer que el tesoro fuera un trozo de piedra escrito en una lengua desconocida (si era eso una escritura).
se burló de si mismo, creyó que quizá habría debido girar un poco más el mundo para engañar al patio un poco más de tiempo. lo hizo, dos, tes, cuatro viajes, cuatro barcos, aviones, lo que sea. un día se cansó. no vio tesoros ni nada, pensaba en el patio y en el tesoro. cuando regresó entonces a su casa para ya instalarse la casa no estaba, como le pasó a martín fierro. llega y no queda más casa, solo una tapera. y otros ocupantes, y otro mundo diferente. entonces se resigna y se consigue otro lugar donde vivir. gana dinero con apuestas de caballos, empieza a irle bien. compra una casa bastante grande, construye una familia. compra un caballo y lo pone en el patio de la casa. lo llama "tesoro", riendose de sí mismo. el caballo no caga oro, así que el tesoro sigue siendo una metáfora, o una ironía. el patio de la nueva casa ya fue excavado y tampoco hay tesoro por ahi.
el tesoro, dice, debe estar entonces en mi interior. creyó que entendió por fin el mensaje del cuento. pero por más que buscó y buscó, en el interior no encontró nada más que una singular y normal persona, como cualquiera que vive en este mundo (como si hubiera otro).
por qué se creyó llamado a encontrar un tesoro?
por qué creyó que podía llegar más lejos que quién?
por qué creyó?

se equivocaba la paloma.
el caballo metió la pata en un pozo que había en el patio, hubo que sacrificarlo. ese mismo caballo había ganado carreras importantisimas, y ahora había que matarlo. pensó en darlo a un frigorífico, pero pensó que si se ponía de acuerdo con un carnicero podrían fabricar la mortadela ellos mismos. así lo hizo. al poco tiempo encontró que fabricar mortadela le gustaba, lo reconfortaba. lo hacía bien, parecía destinado a ello.
puso una fábrica de mortadela y luego de otros fiambres y quesos. se hizo millonario, por dentro y por fuera.
al final, se puede decir, que hasta en la mortadela puede esconderse un tesoro.

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