sábado, enero 06, 2007

cómo te voy a mentir

cuando te hablo de esto, no te estoy bolaceando. esto no es una joda, un por si acaso. parece que sos la única persona en el mundo que lee esto que se lo plantea. no, y no.


en la pampa hay muchos montecitos, y no es un sólo bosque y eterno, como lo es en el amazonas, por ejemplo. vos que sos una persona de baja estatura y no conocés el mundo, todavía no te podés imaginar la importancia de esto. pero es crucial. y no son montecitos porque si, a la deriva, no. cada uno guarda un secreto, un secreto nuevo. por ejemplo hay un montecito en un campo en un lugar de la pampa de cuyo nombre no quiero acordarme, en donde hay un eucaliptus llorón. así como en otros lugares del mundo de la misma pampa se esconde el último ejemplar del sauce alegre. pero el mejor de los secretos que guarda la pampa es una ombusa, traida de pakistán en el año 1872, por error. fue introducida en un montecito cercano a la localidad de arribeños, ciudad donde fabrican la mejor soda del planeta. en ese árbol milenario se esconde el secreto que guarda el lugar exacto donde se cobija el más oscuro de los secretos que permite descifrar los jeroglíficos en una clave numerológica que permitiría ubicar el punto justo del mundo donde se ecuentra en un pozo el secreto del universo. y en un pozo cerca está enterrada la piedra filosofal pampeana.

y en ese árbol hay un nido de codornices. dicen que son las aves más finas del mundo, y que a la hora de la siesta, por no molestar a los durmientes (porque justo muy cerquita pasan las vias del tren) en vez de cantar su canción preferida, que según muchos es muy parecida a una zamba, pero con ritmo de milonga, se ponen a charlar, en inglés. porque son muy finas.
estas aves, que son pequeñas pero no son ningunas pavas, envasan ellas mismas sus huevos, enviándolas directamente a un avión que lleva a parís toda la producción. eso dicen en parís, pero no es cierto, porque según fuentes exclusivas, los mejores huevos de codorniz se los guardan las mismas codornices para regalarselas a don zoilo, el tambero, cada año nuevo. le regalan entre 8 y 10 docenas por año. 1 de ellas va para el dueño del campo.
además, en buenos aires reciben una cantidad, limitada sí, pero considerable, anual, de huevos de estas codornices que son las mejores del planeta, super hiper exclusivas. ellas mismas se encargan de la producción y envasado. es lo más eficiente que vi en las últimas cuatro horas.

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