miércoles, mayo 31, 2006

"el fútbol es pasión, pasión por la guita..."

y el gigante malapata entonces dijo "pero que mala fortuna". "qué extraña la expresión del gigante malapata", dijo una señora azucarada, "a mi el azúcar me molesta", agregó un pastor inglés. "que ofensa para la juventud", acentuó otro, un ministro de la iglesia ortodoxa. "ahora, entonces, estamos a mano", declaró el gigante malapata, mientras se peinaba la ceja derecha.

quisiera hablar del mundial. es un tema que siempre me gustó y que siempre pude manejar con cierto rigor. me molesta la gente que dice "yo no voy a ir al mundial porque me parece una gran mentira todo". lo dicen como si tuvieran razón, lo dicen como si detrás de toda cosa no se escondiera otra gran cosa que se parezca a la mentira. nadie se pone a pensar que en todo mundial hay algo de farsa. por ejemplo los japoneses, que imitan los modelos occidentales, a veces parecen ridículos. pero en esa ridiculez hay algo interesante todavía, y algo que resulta bueno. los japoneses son muy originales, y pero no se resignan en la originalidad y todavía vuelven a reirse de si mismos en esa ridiculez que permite que todo el resto del mundo que va al mundial se ria de ellos. ellos no se ofenden, saben que el mundo se rie de ellos porque así es el mundial. acaso el mundial no fue inventado por dios, como la noche, para soñar. yo siempre creí que era verdad eso de la canción que decía que la noche la hizo dios para soñar. yo no puedo decir que haya soñado todas las noches, pero puedo decir que he soñado bastante, y que he tenido sueños terribles y sueños traidores. eso me pasó por creer, más de una vez, en lo que no debía creer. después, sin desesperarme, fui aprendiendo cosas nuevas, cosas reales, como el mundial. el mundial es lo más real que puedo concebir. hay miles de metáforas que giran alrededor del tema, y a mi me encantan las metáforas. me acuerdo que un grupo de amigos que se hacian los poetas vanguardistas hace muchos años atrás (los poetas acostumbran a armar cofradías para sentirse protegidos, en realidad tienen miedo, son unos cagones...) hicieron de la metáfora su caballito de batalla. una poesía en prosa de esa época hablaba de cierta clase de muchacha de cierto barrio a las que les gustaba ciertas cosas. era una gran metáfora hacia el inconformismo femenino. yo lo lamento mucho por mis queridas chicas, pero el inconformismo, el suyo, ha hecho estragos en más de una generación y todavía sigue actuando su radioactividad. es que las chicas no van al mundial, y es por ley de la vida. las chicas no disfrutan del deporte, como nunca disfrutaron del circo. pero si del pan. a las chicas en realidad no les gusta el sexo. ellas tienen que hacer su papel de todas maneras, porque es necesario para la supervivencia de la especie. pero no lo disfrutan. y a veces, la mayoría de las veces se confunden y quieren hacer su papel tan a rajatablas que inventan cosas como la bisexualidad que les queda patético. esa provocación innecesaria la usan para fundamentar una búsqueda que en realidad no existen, están perdidas en esos estereotipos, esos apuntes que tienen que seguir para no ser menos que los demás que dicho sea de paso también están perdidos.

me gusta esa canción que habla de niño relator. se me eriza la piel cuando la escucho, y me pongo loco de alegría cuando la canto. cuando era chico era un poco niño relator. relataba partidos imaginarios y no imaginarios también. tenía un estilo bien diferente al de victor hugo o al de josé maría, era un estilo bien personal. por ejemplo no podía reconocer bien a los jugadores, asi que me tomaba un buen rato para decir quien llevaba el balón. una vez, lo recuerdo muy bien, fue en el club universitario, cuando a la típica pregunta de qué vas a hacer (o ser) cuando seas grande yo respondí relator. no me arrepiento, siempre fui muy inteligente. aunque sé que de todas maneras es medio difícil que lo sea, aunque nunca se pierden las esperanzas. me refiero a relator, porque inteligente lo sigo siendo, y más. soy tan inteligente que ya no soporto a nadie, ni siquiera a la gente que dice o que cree ser inteligente, exepto a mi, por supuesto.
pero es verdad, no hace falta ser inteligente para ser relator de fútbol. pero si hace falta tener una linda colección de palabras. yo tengo una colección de palabras, pero son obsoletas para el relato futbolístico. ahora estoy armando otra colección, pero esa es un secreto.

qué potencia, qué disparo... yo quiero tener una cancha toda para mí, porque de chiquito me acostumbré a jugar solo, y a darme los propios pases, y a ser el goleador de mi equipo. mis goles preferidos eran de cabeza. por eso que a mi la cabeza no me falla.

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