jueves, marzo 06, 2014

las vacaciones de turismo

Los que piensan pensarán que es un desencanto, una pena o un pecado que la 33 no lleve, no pase, no tenga destino de turismo. No va a la montaña, no va al mar. Va desde un río a una bahía, ambos sin atracciones turísticas valederas, aunque ambas hayan podido inventarse una filiación turística. en Rosario el río tiene ahora cierto atractivo, pero hubo que rebuscar, porque Rosario antes de tener un río tuvo mil otras cosas, pero sobre todo Rosario no es una plaza turística.

Rosario es una ciudad para habitar, está pensada en esos términos. en primer punto, es una ciudad, o sea, un espacio con actividad incesante. Una ciudad es un lugar donde siempre hay alguien despierto. En los pueblos lo más común es que cuando se duerme todos duermen, cuando se trabaja todos trabajan, cuando se mira televisión todos miran. en la ciudad se acentúan las diferencias. puntualmente rosario es una ciudad en la que suceden muchas cosas simultaneamente, muchos aman a un equipo y muchos otros aman a otro equipo, por ejemplo. el amor es el mismo, pero diferente. entonces, por estas características, hubo que inventar un linaje turístico, algo que atrayera al extranjero que antes solamente venía a hacer negocios. hubo que encontrarle identidades, en un arduo trabajo de intelectualización y luego de comunicación de lo intelectualizado, hubo que encontrar algo que sea parte de una esencia local, entre tanto hijo de gringo pampeano que venía a estudiar su carrera universitaria en la ciudad, confundiéndose con el nativo de esas calles.
porque la universidad es fundamental para comprender la sociabilidad de la ciudad. y la universidad está poblada de adoptados, personas muy jóvenes que vienen a habitar la ciudad que está hecha para ser habitada.
y entonces abrieron las puertas para llegar al río, le sacaron las rejas. y hubo que insistir para que la gente fuera al río a bañarse en sus aguas hermosas. sin querer, cambiaron la tierra, la filiación más cercana y clara, el verde de los surcos, la contabilización de las hectáreas, pero también la madre firme y recta, simple como la llanura, compleja como la inmensidad, ese lugar en donde enraizar sin miedos, por el fluido, o el acto de fluir del agua, y su interpretación heraclitea, a medias, insegura.
de un día para el otro hubo que empezar a fijarse en ese espejo que era el hombre del litoral, del río paraná, el pescador que sale temprano a pescar la boga, el dorado, el pacú de ancho sabor, y hubo que olvidar al que a la misma hora se levanta a ordeñar las vacas. porque antes de salir a trabajar, ese café con leche probablemente estuviera por ser reemplazado por una buena empanada de pescado.
la leche la da la vaca, la vaca está en el campo, cerca del tambo en donde cada mañana un tambero ordeña la vaca y manda la leche a la empresa que le hace un proceso por el cual la remarca y empieza a valer 8 veces más que lo que le costó al comprarsela al que se despertó a las 5 de la mañana para ordeñarla. en fin, es un error pensar que el sacrificio del trabajo es exótico, cuando alrededor de uno estamos rodeados, obnubilados por el consumo, rodeados de fenómenos de sacrificio.


no va a ningún mar, no va a ninguna montaña. no es la ruta de la felicidad, pero sí es la ruta de la prosperidad. circula la riqueza de todo el país, la mayor capacidad productiva agropecuaria está allí, la comida que se vende a los países que no se la pueden producir a sí misma va por esa ruta como por un tubo, y esa ruta tiene en cada uno de sus extremos un puerto, y ambos puertos cumplen la misma función: son la puerta de salida de la comida (pasto) y la puerta de entrada de las divisas (contraprestación).
La ruta facilita la llegada al puerto y su respectivo egreso y devolución a la pampa lo que es de la pampa. la contraprestación viene en forma de divisas que por lo general son canjeadas por las más diversas atracciones. en épocas de bonanza, proliferan en la zona los más diversos vehículos lujosos. viajes a la capital, viajes a los centros turísticos de atracción, son canjeados durante todo el año. mientras la tierra, sola en su lugar, hace más y más pasto para seguir enviando y seguir recibiendo contraprestación. El beneficiario de la contraprestación hace buenos negocios y hace hacer buenos negocios a sus cercanos. En cada uno de los puertos hay bolsas de valores, timba simbólica, que cotiza el pasto y pone condiciones a la contraprestación. el mayor logro del beneficiario es el viaje al exterior.

tenemos rutas que llevan al mar y rutas que llevan a la montaña. y después está la 33 que es la ruta de la riqueza, la que de punta a punta atraviesa el llano y tiene un puerto en cada uno de sus extremos. pero, como si esto no fuera suficiente, la ruta se alimenta del mito de que allá, mucho más allá del mar y de la montaña hay una tierra idílica que merece ser conocida. son los paraísos del mundo moderno y los hay para todas las personalidad. para los flacos ociosos, el caribe con su mar cálido y cristalino, tan cercano al shopping de miami con sus baratijas y espejos de colores, es el edén, el lugar mismo que dios creo para que el hombre sea feliz y se reproduzca. para los gordos locuaces, que no desean exponer sus cachas al sol del caribe, se inventó la historia de la humanidad, que puede ser encontrada en un parque de diversiones muy cercano a lo que dios planificó como el paraíso del intelectual, y ocupa millones de hectáreas, un continente entero, el continente europeo. El parnaso mismo que al ser recorrido va produciendo las más diversas sensaciones en la piel de quien puede recordar que en cada piedra, en cada castillo, hay una historia para ser contada.
Los beneficiarios del sistema de contraprestaciones viajan más allá de toda ruta local, bien lejos, a donde pueden olvidar la miseria de lo llano, lo repetitivo, lo igual.

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