miércoles, marzo 05, 2014

la república de la 33

decir que las primeras huellas de ese camino fueron hechas por caballos no deja de ser un poco cierto. la ruta, que quizás haya sido trazada en el siglo XX, tiene en partes, sobre todo en las que más nos interesan, resabios de comercio del XIX. es decir, previa a la llegada del automotor y el asfalto. un camino que, si cerramos los ojos, vemos hacerse a fuerza de carreta, de tiro.

El caballo, la mula, ya no se lo prepara para estas cosas. hemos conseguido un muy buen trato en las últimas paritarias, los caballos mejores serán utilizados un muy buen tiempo en las carreras de hipódromo. como las modelos, se sacrifican porque están buenos. meramente físicos, su objetivo es el dinero, claramente.
otros caballos son utilizados para otros deportes y a medida que van bajando su categoría se acercan más al frigorífico, y con él, la tan rememorada mortadela. ahora no se hace más con exclusiva carne de caballo, pero en una época era la receta la que comandaba.
el caballo, ese cuadrúpedo monumental que ha conquistado el mundo, sigue siendo el mejor compañero del hombre, ya que el perro, ese rufián feliz, es el amigo. el caballo es fiel, es alto, es veloz. el que no galopa de joven trota de viejo, ese es el poder de todo caballo.


imagino legiones de caballos atravesando la pampa, en una época precisa: después del último malón, antes de la llegada del décimo auto (qué le pueden hacer 9 autos a un llano?), simultaneamente a la llegada de los inmigrantes europeos. dicho de esta manera, volveríamos a pensar qué vinieron a hacer estos famosos europeos acá, en el sur del sur. ¿qué venían a buscar, o qué venían a traer? siempre se habla de la mano de obra, de la despoblación de las tierras infinitas. cómo podría pensarse que una tierra que ahora relacionamos con la riqueza podrían haber llegado a estar vacías de candidatos? es como pensar que la linda del baile no va a ser pretendida por, pienso, varios tipos a la vez. los europeos vinieron a traer el modus operandi, el savoir faire, además de hacerlo ellos mismos. además de haber sido expulsados de su tierra natal, por pobres, por desgraciados, por incontingentes, por insalubres, por mortales (no olvidemos que las guerras asolaban), por cagones. pero venían a traer, además del trabajo, la herramienta, la relación con el animal desde otro lado. el caballo y el caballero, juntos, en la pampa húmeda, indénticos. el indio se comía el caballo crudo (cf. mansilla, excursión), el europeo lo monta con estilo. El inglés, debemos decir algo del inglés que puebla la zona sur de la suela de la bota santafesina. Dice el intelectual venadense que la primer noticia que tiene el mundo de la ciudad de venado tuerto, entonces condado apenas, es la cotización en bolsa de londres de ovinos de la zona. ovejas. los primeros pobladores de la zona son inmigrantes que hablan inglés, y crian ovejas que envían a europa, a inglaterra quizás, a irlanda otro quizás. era todo lo mismo para el gaucho que observaba con estupor la llegada de estos raros parlanchines que comían con curry (give me the curry) y hablaban a los gritos en el bar (say say dijo murta al mengano chauf).
pero eran caballeros, y lo siguen siendo. aun cuando estén borrachos y hayan dilapidado su fortuna en el juego de naipes, son caballeros. y si no apostaron su caballo, allí lo tendrán, esperándolo a la salida del local, para que lo lleve a su casa a dormir, porque el día siguiente vendrá, y será otra oportunidad de recuperar todo lo perdido el día de hoy.

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