viernes, agosto 22, 2008

El niño no me quiere comer

ACTO I

Estamos en la selva, puede ser le bosque chaqueño, puede ser el amazonas. Un grupo de 50 paisanos, vestidos con muy poca ropa, se preparan para realizar el banquete anual, en donde el plato principal es carne humana. para ellos es una carne más, no distinguen entre seres humanos y animales, sino entre seres vivos y seres muertos. pero no comen hombres más que una vez al año por considerarlo una especie en extinción. esto se debe más a que cada vez menos personas llegan a ese recóndito lugar del planeta, desde que la vocación de explorador fue opacada por el oficio de las empresas de turismo. los integrantes de la tribu, a su vez, no conocen la ciudad, a pesar de haber utilizar frecuentemente una radio en la que creen se escucha la voz de un dios.
una mujer sale de su tienda gritando:
madre: dónde está mi niño, dónde está mi niño

efectivamente, el último de sus quince hijos ha desaparecido. este era su debut en los banquetes.

cacique: madre, calla ya esa bocacha y póntelo a buscar seriamente.
madre: yo sabía, sabía que no iba a querer.
cacique: madre, ya sabes qué pensamos en esta tribu de los maricones. si no lo encontramos antes de empezar tendremos que llevarlo a límite del bosque para que vaya a la ciudad.
madre: no, yo lo encontraré, tiene que estar en algún lado, ya sabes, es muy travieso, seguramente ha trepado a la copa de algún árbol.
cacique: pues entonces ve y búscalo.

la madre desesperada comienza a mirar hacia arriba, busca en cada uno de los árboles, luego busca junto al arroyuelo donde suelen ir a pescar sábalos los domingos, y al ver que la canoa está estacionada, sabe que el niño no se ha ido.
de pronto lo ve venir de entre los matorrales.

madre: niño, dónde te habías metido, sabes que día es hoy, es importante, querido, qué desesperada que estaba.
hijo: madre querida, pero si estaba aquí o qué creías. de cualquier manera, madre, debes saberlo, esto de comer carne humana a mi no me gusta nada.
madre: pero hijo, es la costumbre que tenemos aqui nosotros, todos los años lo hacemos una vez al año, si ya lo sabes. como el guiso de mondongo y el asado de patatas fritas...
hijo: madre, tengo que decirte algo. siento que no me puedo identificar con los integrantes de la tribu. no sé si esto me pasa por escuchar tanta radio, o porque aprendí de muy pequeño a tocar la quena, pero no me siento bien. por eso, antes que comience el ritual iniciático, quiero pedir las vestiduras e ir a la ciudad en un año de licencia.
madre: hijo, no me estarás diciendo que eres maricón.
hijo: no madre, no quiero apresurarme, pero tal vez la carne humana no me guste asada, sino cruda. por eso quiero estar seguro, y de paso conoceré la ciudad, donde, dicen, que los humanos hacen cosas como ir a trabajar a factorías y comen verduras.
madre: se haga tu voluntad hijo mio, pero come, come algo antes de partir, un choclo, lo que sea. yo te prepararé tu valija con las vestiduras de viaje.
hijo: oh madre, siempre supe que eras tan comprensiva, pero jamás imaginé que serías tan buena y amable. oh...

y entre caricias y besos filiales, se preparan para la nueva aventura...

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