viernes, enero 11, 2008

que bien se TV

La organización política también es sui generis: es una república monárquica. El rey es quien preside, pero es electo y no heredable. El rey es elegido por el pueblo y dura 10 años en el mandato. Tiene a cargo el dictado de las leyes y la ejecución de las mismas. El presidente, tan poderoso o más que el rey, se encarga de los negociados, las tramoyas y los actos públicos. Una de las funciones fundamentales es la de echar gente del país, pero también de promover la inversión de capitales holandeses en el mismo. Así, mientras el rey se encarga de combatir el narcotráfico, el presidente negocia la llegada de nuevas especies y yerbas.
El pueblo (los negros y las morochas) están siempre contentos con esta estructura gubernamental. Ellos creen que es la mejor, porque combina la fiesta monárquica con lo más puro de la corrupción de una república. Sin embargo no todas son flores: si bien se ha registrado un fuerte crecimiento del PBI en los últimos tres años, la llegada de ciertos franceses interesados por tomar posesión del gobierno, alentados por ambas Guyanas, pone en jaque una situación que se hacía insostenible: el rey llevaba cuatro años desaparecido. Mientras que los negros creían que estaba encerrado en palacio y de fiesta, las morochas estaban convencidas de que se había muerto y nadie lo quería declarar. Otros (los labradores) opinaban que posiblemente haya sido raptado por las FARC, o una organización semejante. Todo esto había sido escondido porque se temía una revolución cubana. Y como el sistema nunca dejó de funcionar, porque alguien en el lugar del rey dictaba las leyes y las ejecutaba, nadie sospechó jamás, excepto las doce esposas del rey, a las que nadie les cree nada nunca porque están todas locas. Cuando el caso salió a la luz se llamó urgente a elecciones de rey, y enseguida se postularon doce negros. Las internas fueron duras (la llegada de los franceses hizo temer la posibilidad de fraude) pero se dirimió sin más. Las campañas electorales, de dudoso financiamiento (los franceses vinculados eran judíos), se llevaron a cabo pacíficamente. Sin embargo el día de las elecciones el candidato negro arrolló en las urnas al otro candidato que era un negro judío francés con ideas nazifascistas. Era obvio: el negro había organizado una choripaneada para medio país. Ahora Surinam goza de una paz nunca antes vista: el PBI crece y crece, las importaciones de cacao se pagan con las exportaciones de bauxita, y la gestión cultural del presidente está becando todo tipo de investigaciones que propongan excavaciones en lugares costeros para encontrar tesoros de piratas, lo que, de comprobarse, pondría al país entre los más desarrollados del mundo.

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