domingo, noviembre 18, 2007

y después de la ecografía...

I
a la pampa húmeda habría que hacerle un papanicolau. cosas griegas. un análisis de sangre completo, un desangrado total.
la sangre de la pampa se ve desde el bondi, desde la mismisima ruta que la atraviesa, como un perno. y a pesar del aure acondicionado, sé exactamente el olor que hace ahi, en el medio del trigal.

II
este año es trigo. de aca a seis meses vamos a estar comiendo facturas, con el levante otoñal, con los matecitos al dente, mirando como en el río paraná va flotando sobre una estela un pedazo de rama, una isla movediza, un camalote del tamaño de un avión. yo al trigo le hago el aguante.

I
la política se mete con la tierra: acá los límites. todo recuerda a cuando la provincia de bueno saires, la de córdoba y la de santa fe se peleaban este cacho de tierra. en esa época no había radiografías todavía, ni nada. ni médicos había, claro, más que en buenos aires, esos señores que hablaban y era literatura. si ese qui? él ni hubiese sido tan aburrido, por lo menos, pero non solum era aburrido, también habíase comprado una hinchada...

II
y se peleaban la tierra, y no eran ningunos perejiles. en esa misma época la laguna del melincué todavía no estaba planificada. lo sé, por mi sangre que lo sé. la atravesaron a pie, como si fuera el mismo desierto del sinaí, el mismisimo monte del sahara. y lo atravesaron despacio, porque no era un mar rojo al que se le habían abierto las gambas, las aguas. y se vinieron hasta los campos verdes, los campos del venado.


III
es trigo. vos sabés lo que es el trigo? verde, después amarillo. un mar dorado. si no sabés lo que es no sabés entonces. un mar, el llano de la llanura más extensa de la imaginación en español, dorado. entonces, cuando el dorado ya no puede más, vienen las máquinas, dicen hola dicen permiso, dicen ahi vamos y levantan todo, espiga por espiga, nota a nota, no dejan nada. para el pan. y el ritual se hace en lo mejor del verano, y en lo mejor de la tarde, cuando todos hacen la siesta para prolongar lo que se parece a la eternidad, entonces van las máquinas y comienzan a andar y no paran. y paran a las cinco y media o seis masomenos. entonces, en el medio de un campo mitad entrigado mitad vacío, se paran todos en ronda, los gauchos de la cosecha, que suelen ser chicos que vienen de la ciudad solamente para este acontecimiento de la siega y el fin del verano. se reunen todos, y aparece una camionetita, y se baja una señora, y saca dos bidones asi de grandes y unas tazas y reparte mate cocido para todos, y después un felipe de pan para cada uno, o dos para quien asi lo quiera, y quien lo quiera le puede poner el dulce de leche que también hay, pero mejor, lo que hacen todos, es mojar el pan en el mate cocido, y así uno descubre el auténtico sabor del campo argentino. y rápido a saltar arriba de las máquinas y a seguir porque hay que acabar antes que termine el día.

CUA
Cuando ya no me inviten más a asados, cuando dejen de fabricar la soda en sifones para ponerle al vino, voy a llorar.

2 comentarios:

Luisina dijo...

quién no te va a invitar a un asado a vos?

todos te invitamos.

Unknown dijo...

eso. sos re invitable. me alegra saber de tu reencuentro con la pampa. saludos a la universidad pública de mi parte (esta es una cagada). te quiero mogollón. sé feliz, como un mandato de lo que podría haber sido tu hna mayor. besos miles. meli