viernes, febrero 02, 2007

todos tus muertos

"dejad que los muertos entierren a sus muertos" (mateo 39,86-17)



la cosa es que se murió, como las cosas que se mueren cuando uno se despierta y ya no funcionan. como cuando uno se despierta y quiere encender el teléfono celular y ya no enciende, y eso que se quedó toda la noche cargándose, pero ya no quiere, ya no puede vivir más. como las cosas que se mueren, de la noche a la mañana...


"somos tan humanos que ni siquiera podemos ser pájaros", dijo. "es imposible volar. y subir a una montaña implica en algún momento tener que bajar para poder subir a la otra". y agregó: "y así nos mantenemos en movimiento".


hay que enterrar a los muertos. están en todas partes, en la vida de uno. yo tengo muertos en la piel, por ejemplo, bichos muertos. lo sé, me pican. y después están los muertos, en muchos lados y en mí.
hay esquinas con recuerdos, zaguanes que no necesitan contar más nada. rincones y calles oscuras con caras intrépidas. hay memoria por todas partes. y después están los muertos que cuando vuelven son fantasmas.
la adolescencia empieza, por fin, cuando uno deja de creer en los fantasmas, y termina cuando se los deja de distinguir.



el tema es que si que no que caiga un chaparrón. por qué los temperamentos se forman en la aprobación y en la negación? te digo, por si entendes que lo quiero decir, que ni yo entiendo.



Setenta veces siete lo intenté, si me largo
para siempre es porque no puedo más,
no tengo nada que perder
sólo el miedo a la soledad.
Me temo que esta vez es el fin,
adiós amor, adiós mujeres.
Debe ser un caso de
incompatibilidad de caracteres.
Cada vez que digo que sí
ella en cambio opina que no,
siempre que prefiero dormir
ella insiste en hacer el amor,
si la engaño con una rócker,
ella me la da con un mod,
cada vez que yo ligo un póker
ella lleva una escalera de color.
Cuando le propongo salir me contesta
“ni pensarlo, hogar, dulce hogar”.
Canto algo de BobDylan y protesta
(maldición, su rollo es el vals).
Si me excita el sesenta y nueve
me grita: “quiero un cuarenta y dos”.
Siempre que en mi piso de Tabernillas llueve
en su buhardilla brilla el sol.
…Adiós amor, adiós mujeres.
Debe ser un caso de in-
compatibilidad de caracteres.
Cuando me mudé al Albaicyn
ella en su Lavapiés se quedó,
si coreo el “Hala Madrid”
me responde “Atleti campeón”.(Visca el Barça!)
Cuando doy un paso adelante
ella da dos pasos atrás,
si ando loco por una amante
me echa un poco de bromuro en el coñac.
Siempre que la voy a besar
me lo impide un repentino ataque de tos,
trato de dejar de fumar, y por
mi santo me regala un cartón.
Cuando de repente la olvido
jura que se muere por mí.
Siempre que por fin me suicido
acto seguido le entran ganas de vivir.



me ayudan a cargar el cajón. ni falta hace que se los pida. lo agarran de todos los costados, me sacan, dicen que no haga esfuerzo. dicen que se ocupan, que se llevan el cajón y que lo enterramos enseguida y chau a otra cosa. después vemos qué hacemos, dicen, ahora cargamos el cajón y lo llevamos lo enterramos y listo, después vemos dicen, dicen tomemos algo, dicen relajate, dicen nada nada es tan terrible, nada es tan importante...









update: y ya que venimos con sabina, un soneto del libro "ciento volando de catorce", que viene a pelos con esta época del año.

A quién vas a engañar con gorgoritos
y esa pos de gallito de taberna
la voz, vete a cagar si es un hilito
y no me hagas hablar de la entrepierna

Confiesa de una vez que estas quemado
de bordar la parodia de ti mismo
que un pendejo te quita lo bailado
que el espejo en lugar de un espejismo

te devuelve una ojera, un higo chumbo
una tos con goteras en la olla
un calavera cincuentón sin rumbo

un hortera con joyas, un villano
uno más del montón de soplapollas
que no follan por ver el gran hermano

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