lunes, noviembre 22, 1999

son las mismas que alumbraron (coro)

esta noche en el avión no voy a poder dormir. me duelen las piernas, nunca debería haber ido a correr un día antes de tomar el avión. qué se me pasó por la cabeza, correr... imbécil idiota. me duelen las piernas y los brazos. me gustaría que me doliera la poronga, pero ni siquiera. quién me estará esperando? ya no se acuerdan de mi, diez años es demasiado tiempo. pero a lo mejor sí... ya ni me acuerdo las caras. los nombres sí, somos puro nombres.
el vino anoche me cayó mal, no estaba agrio pero tenía un sabor raro. y esa manera de insistir, otra botella otra botella, fanáticos. saben que me gusta y que no paro, y me hacen emborrachar. ese vino estaba malo. o era un mal vino. como el que tomamos esa vez en córdoba, para ese asado. estabamos en las sierras, acampando con los pibes, quienes estaban? a ver si me acuerdo. debería acordarme, yo siempre me acuerdo, y si no me acuerdo tengo que pensar a ver, eramos palo rolambre jorgito el loco pereyra y estaba cerca gerardo, parando con el grupo musical. y nos comimos ese asado gerardo vino un rato más tarde, y era al mediodía, y se sumó el pelado que estaba manejando un bondi para un contingente. ese asado fue al lado del río, a pleno mediodía de pleno sol de pleno verano de la plenitud más plena de la vida. eramos pibes, pero pibes pibes, y estabamos llenos de ilusiones que lindo. nunca me hubiera imaginado todo esto que podía pasar. palo se fue a vivir a brasil, rolambre no tiene más hambre, estaba el inútil garcía me acuerdo en esas vacaciones. grande el inútil. y palo vino con esa damajuana de dudoso valor, y yo compré la carne porque como mis abuelos tenían la carnicería yo conocía de carnes más que todos, pero no era verdad, yo elegía la carne así nomás, pero no estaba mal, el loco pereyra prendió el fuego y todo, y nos quedamos horas horas horas tomando el vino, después de comer, y charlando. y ahi fue que cayó ese borracho que habíamos cruzado la noche anterior, se llamaba ortiz. tiro dos o tres frases que dejó a la muchachada dura de estupor, porque así le llamabamos, sí ahora me acuerdo que decíamos "estupor" todo el tiempo, "qué estupor" decíamos, y decíamos "patético", "y cómo estuvo?, patético", decíamos. y el tipo nos dejó estupefactos. dijo, "conversando con el pasto me llevé el silencio", y dijo algo más que ahora no me acuerdo pero que gerardo se va a acordar seguro cuando le pregunto. qué será de la vida de gerardo, chanta del orto. la cosa es que este ortiz vino con esa que hacen los borrachos que vienen y se te sientan ahi vos estás al lado del río y el tipo viene con su botella medio consumida y ve vino y se sienta con nosotros que estabamos alrededor del fuego. pero no porque era verano y era medidía y seguro que hacía calor y estabamos al lado del río, pero estabamos a la sombra, y bueno, ese día no recuerdo bien. pero no importa, la cosa es que el tipo irrumpe y nos empieza a tirar frases y nos cuenta su historia que había estado en la carcel y que había matado a un hombre, y qué sé yo que más. y nosotros que en esa épcoa creíamos en los misterios y todo el tiempo estabamos buscando aventuras donde no las había, dijimos esto es una señal. si hubiesemos pensado que era una señal que nos estaba diciendo que nos ibamos a morir de hambre si la seguíamos seguramente no nos hubiesemos dado por enterados, porque la verdad es que estabamos creídos que las sabíamos todas. pero no, y al final lo de siempre, de hacer de todo un misterio, de escrbir una historia, una leyenda, de todas esas fantasias románticas siempre se termina en el mismo lugar miserable, ahi van esos son los borrachos del tablón. era verdad, el problema era en ese momento en esos tiempos, era con las chicas.

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