jueves, junio 15, 2006

naranjazos oblicuos

sin duda naranja es una palabra de la que el español debería sentirse orgulloso. también oblicuo, y tantas otras, que guardan esa sonoridad de la que no nos damos cuenta, pero sí, que sonoridad, que música. el español debería sentirse orgulloso, y el argentino debería ir un segundo a sacar la pava del fuego. el español es muy haragán, hasta para sentirse orgulloso. yo le dije al español "sabés una cosa, no consigo olvidarte, ojalá que estuvieras conmigo en el río de la plata"; a lo que él me respondió "sabés a dónde se iría a vivir el loco montenegro? yo tampoco pero a serbia seguro que no". yo le quería preguntar entonces si había que reírse, pero ya bastaba con mirarle la cara al español, ese loco español, no era galego, a lo mejor algo vasco, era español era...
sin embargo la disputa del día no giró en torno a ninguna noticia con respecto al mundial, pero podría decirse que sí, de alguna manera sí, porque ya lo decía aquella profesora de química y lo repetía el de religión: todo tiene que ver con todo.
todo surge desde la noticia que nos llega a la redacción de que el saludador ha perpetrado otro crimen en las cercanías de la rotonda, de una rotonda, no nos llega el dato preciso. el problema es que el mundo está lleno de rotondas, pero no es necesario tener el escenario del crimen en cuenta en este momento. estamos tratando de reconocer de quién se habla cuando se habla del saludador. es un joven, como muchos. tenemos algunos indicios como para crear una serie de pistas en vistas de crear un identikit original. una de esas pistas habla de una frase escuchada al pasar: "todavía no me decido", rezaba la frase, "a saber si soy un modelo de éxito o de fracaso de mi generación". es una frase inteligente, digamos, como para pensar tres veces. por lo tanto no sólo sabemos que el saludador puede llegar a tener algún tipo particular de inteligencia, sabemos además que no es mudo. eso es importante, pero todavía no tenemos un registro de tonalidades de la voz, es decir, puede ser el frutero de la equina, o el frutero de la vuelta, o el frutero de la otra cuadra, o el vendedor de helados de la playa o el de la costanera, así como podemos pensar que puede ser el dueño de esa voz tan sensual que por la radio, cuando transmiten los partidos de fútbol, dice las propagandas de eveready por ejemplo y etcétera.
esta intuición se corresponde a las intuiciones de un gran investigador: entiende y concluye automáticamente que es un hombre y se dedica al comercio: venta y publicidad.
tomando las características de sus crímenes podemos alcanzar un nuevo nivel de deducción, a saber: este señor se dedica a saludar a la gente que va distraída por la calle causandole la muerte de diferentes maneras: infarto por asustamiento, caídas por distraccionamiento (se sabe que el saludador no toca a sus víctimas porque el muy astuto no quiere dejar sus improntas digitalisticas). el un caso particular se encontró un palo en la rueda de una moto, pero se cree que el autor en ese caso particular no haya sido el llamado saludador. se sabe que el nombrado señor no sólo se retira del lugar del hecho inmediatamente, sino que además se va saludando.
así, sin scotland yard, sin poirots y hasta sin csi y así sucesivamente, podemos llegar a la conclusión de que este tipo es un simpático, aunque no se detiene a ayudar a la gente que queda sin ningún tipo de ayuda, por lo que tan simpático no debe ser. además no discrimina entre sus víctimas, ni las tiene elegidas previamente, justamente porque las ataca desde atrás. lo que pone en alerta no solo a toda una populación sino que también a toda una sociedad, y por extensión a todo el mundo, en general y en particular. siguiendo este mecanismo, en lugar de restringir el campo lo hemos ido agrandando y así llegamos a la conclusión mejor, por la cual sabemos que el saludador, ese maldito criminal, es nada más y nada menos que usted, y así lo atrapamos y lo llevamos a una cárcel repleta de maniáticos sexuales que quieren conocerle, pero ya ya ya...

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