martes, diciembre 24, 2013

otro diciembre

la llanura pampeana nos extiende constantemente una invitación a explicarla. Yo estoy ahi, dice quien mira, al ver solamente el horizonte, pero el más mínimo grano de tierra quiere ser protagonista de esa visión. Qué es lo que habita, si no es el polvo? Pero que es lo que me habita y que es lo que habito? Es esa imagen del llano, y de lo que no podemos alcanzar. Me habita lo inconmensurable, y yo habito en la imposibilidad.
Estoy como en el llano, que en su definición de máxima se convierte en un desierto. Y el silencio es lo que mejor opina sobre ese desierto. Y el desierto también es la soledad. Quisiera atravesar ese silencio de la soledad con una música suave, y con alegría. Pero a veces es el dolor lo que encuentra la textura: cómo algo tan bello puede quedar sin ser compartido con un otro. Un eventual otro, porque todos se merecen una parte, algo, de todo lo que puede ser observado y al fin dicho. Por qué todos se lo merecen? porque sí, literalmente, por existir. Están en mí y algo de mí está en ellos, es lo que no puede ser filtrado.
Soy conciente que cuando digo todos no estoy incluyendo a aquellos. Esos, digamos, para los que la pampa no es un fragmento sino un cacho. Un pedazo. No tengo nada en su contra, pero sé que ellos sí tienen algo en mi contra, han decidido. Estaban organizando algo y decidieron que mi presencia no era digna, y han decidido, en un día de mucho calor, no invitarme. Inviernos helados se aproximan para los que organizan.
Cuál es el poder de greiscul sino es el que te deja solo en medio del campo, viendo el horizonte después del alambrado. Hay que ver toda la literatura norteamericana que sea posible, ellos sí que saben cómo ir hasta el horizonte. Lo que pasa en la pampa es más básico, gira en torno a la imposibilidad. Te alcanzaron justo las costillas, no había para uno más.
La imposibilidad está presente, como lo inmóvil. No hay peor confusión, la imposibilidad no es al movimiento. son dos cosas diferentes, parmenides lo sabía. Ante la imposibilidad no hay chance, y el movimiento es siempre previsible y siempre inevitable. Esto es lo que va a pasar, ya te lo puedo ir diciendo. Después hablamos de sueños premonitorios. Creés que los sueños pueden ser premonitorios? No, no lo creo, pero sí, estamos tan condicionados que ya sabemos lo que nos va a pasar.
Hay gente haciendo cola desde temprano en la fiambrería, la mañana del día en que la noche será nochebuena, pero la bondad, la bondad bondad, ya no está girando en el eje de la tierra. Se internó campo adentro, y se olvidó de vos y de nosotros. Solo resta rezar para que la pólvora no esté mojada cuando haya que disparar.

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