viernes, marzo 22, 2013

der botoner

Tengo una botonera loca que se apreta sin parar. Tengo una botonera loca que me acciona y me hace ir y volver como un muñeco en un videojuegos. Hay botones por todas partes: toco el portero, llamo el ascensor, subo al quinto piso, paso al baño y uso el inodoro, pongo play y suena la música.
Suena la música y soy todo lo que soy. La música: mi único bálsamo contra el asedio de los botones. Siento que todos los botones me rodean, veo a una mujer y en su blusa resaltan dos botones, veo la puerta para escapar, es imposible, hay botones por donde quiera. Botones hasta para salir al balcón, si sólo pudiera volar. Pero este traje de superman no me convierte en superman, y los botones me asedian. Los botones de las bragueta de muchos pantalones son los que más me desesperan, por eso sólo puedo usar pantalones con cierres relámpago. Cierres relámpagos, los amo, son como superhéroes de verdad, relámpagos, yo soy un superman de mentira, ellos son de verdad, de verdad. Veo botones en las esquinas, veo botones en las escaleras, veo botones en las botonerías. Mi pesadilla es la esquina de rosario botón, san luis y entre ríos. Una vez dije la palabra botón, leyendo el cartel en voz alta, y recibí la amenaza decidida de un policía. Ahi descubrí que con la policía no se jode, no se debe joder con la policía, ellos son más fuertes y tienen arma. Y esto de ser superman es una ficción, ni soy superman, ni nada que se le parezca, y los policías lo saben. Los relámpagos lo saben y salen a ayudarme en mi tensión con los botones. Botones, usan botones los chicos para tirar con las gomeras, usan botones las enfermeras para abrochar a los pacientes en los sanatorios, botones botones, los supermercados están llenos de botones, la pesadilla del termo para cebar el mate, ese termo que tiene un botón inmenso que hay que apretar para que salga el agua. Son botones para apretar, botones para abrochar, botones para saltar. Botones para coser. Ya no uso más camisas, uso solamente este traje de superman, y un jean con cierre relámpago y una camiseta, porque superman no va por la calle vestido de superman, y aunque yo no sea un superman de verdad, tengo que hacer de cuenta que debo disimular aunque más no sea cuando voy por la calle. Voy como un verdadero superman por la calle, escondiendo mi traje de superman. Y podría serlo si no fuera porque no puedo volar, quisiera poder volar, pero eso no existe, eso es cuentito de historieta, la gente no vuela. Aunque pensandolo bien, los botones son como mi kriptonita, aunque peor, porque kriptonita había poca en el mundo, pero de botones está lleno.
Ahi está, por eso no puedo volar, porque hay más botones que criptonita.Claro, cómo iba a poder volar con tantos botones dando vueltas. Es imposible. Hay botones por todas partes y yo tengo un problema, me debilito con los botones y no puedo salvar a la viejita que está a punto de ser atropellada por el 110.
En un mundo sin botones volaría, volare volare volare. Mirna me dice que volar es robar, ella viene de monpelier. Volar y robar me hace pensar en pintar y besar. Nada que ver. Qué tiene que ver todo esto con los botones? todo, obvio. Imaginate, está lleno de botones, no puedo ni siquiera robar. Botones la policía, me pregunto cómo puede ser que la policía sea cómplice de tantos crímenes. ¿Acaso no son la ley? ¿Querrá decir que la ley es cómplice de tantos crímenes? Como sea, para abrir esas jaulas en las que meten presos a los ladrones de chucherías hay que apretar unos botones gigantes, y yo no quiero que me metan en jaulas, prefiero no volar. Porque parece que volar está mal, va en contra de la ley y del buen gusto popular. Entonces tengo que hacer de superman debilitado, solamente superman de traje de superman. Mi traje de superman es todo pegado al cuerpo, es un traje celestito con borletes rojos y amarillos Y la S de superman, como el de la película, es toda una S de superman. Y es bien pegado al cuerpo, porque arriba va la ropa de calle, invierno, verano, primavera, otoño. Deberían existir más estaciones para el año, deberían existir más climas para la ciudad. Voy por la calle vestido de calle, llego a enfrentarme con los botones, me pongo los guantes de latex para enfrentarme al mal, toco el quinto piso. Pido el ascensor, para eso no me saco los guantes. El ascensor es lúgubre, oscuro, de tres espejos. Una mujer que tuviera una blusa blanca se exitaría con tantos espejos, y dos botones aparecerían en un eterno viaje hasta el quinto. Pero el ascensor, si no se queda, siempre llega. Llamo a la puerta del departamento y me hacen pasar. Me están esperando. Me dejan pasar al baño, tengo que pasar por el baño un segundo. Tengo mi cierre relámpago en mi pantalón, pero lo mejor para orinar es mi traje de superman. Uso papel higiénico para tocar el botón de descarga del inodoro. Me guardo un pedacito de papel para ponerle play.
Mi traje de superman tiene velcro.

No hay comentarios.: