lunes, diciembre 10, 2012

hasta que aclare

a mi no me gusta tener deudas, pero a quién le gusta tener deudas. Calculo que a nadie. Lo que sí es notable entre aquellos que tienen deudas es la diferencia entre quienes se preocupan por cubrirlas y quienes no. Aun entre ellos hay posibilidad de clasificación, entre los que tienen para cubrirla, hay una gama de muchos colores que distancia a quienes efectivamente las cubren, aun anticipándose a la fecha de vencimiento, y quienes deciden deliberadamente no cubrirlas, denominados garcas. Entre los que no tienen para cubrir la deuda también hay una extensa gama entre quienes se preocupan por conseguir el modo de bancar, y quienes debiendo y aun sin tener con qué pagar, se despreocupan del asunto. Son los jugados.
Pero a quién le gusta tener deudas? el asunto es no tenerlas, y no tener que pagar. Para llegar a ese estado positivo, hay que hacer un trabajo de desprendimiento. Quizás al llegar a ese nirvana uno se termine confundiendo con los garcas y los jugados, los que niegan y los que no tienen nada que perder. Los que niegan, deliberadamente, en materia económica, dominan el mundo. Sólo le temen a una clase de gente, al que no tiene nada que perder. El que niega es rico, puede hacer lo que se le antoje, ahora mismo, puede subir a su helicóptero que está estacionado en el techo de su casa, y que lo lleve hasta el puerto en donde está su yate que es un barco grande casi como el titanic, y con el barco puede adentrarse en aguas internacionales hasta que su abogado se encargue de levantar por las buenas el embargo. El que no tiene nada que perder hizo un agujero en el barco, y no lo hizo de mala fe, estaba rascándose la frente, mientras caminaba por ahi, y empezo a rascar cosas, le picaba el mundo, entonces rascó un edificio, rascó la calle, rascó el muelle, rascó el barco, y ahora el barco tiene un agujero. ¿qué más podía hacer el hombre, si no tenía nada que hacer, y nada que perder?
Los ricos y los pobres se temen. Entre ellos hay una gama de colores de diferencia, incluso de colores que no existen, que no fueron inventados. De cualquier manera, para simplificar, ellos bipolarizan, los ricos y los pobres, los blancos y los negros. Los ricos son blancos, los pobres son negros, los ricos hablan con estilo, con correctitud, los pobres hablan con estilo y correctitud de negro, se revela contra el lenguaje, a propósito, abandona consonantes para acentuar su estilo negro. El rico habla en varios idiomas occidentales, pero sobre todo habla inglés con fluidez y mira las series norteamericanas. El negro, pobre, solo a lo sumo entiende mocovi, algo que no sirve para nada. Tiene recursos para hablar la lengua del conurbano, la única que realmente le puede llegar a servir, y además mira a doctor house, es el apodo de un médico que viene a visitar el barrio dos o tres veces por semanas. Dicen que es buen tipo, está conmovido con el buen trato de la gente que ahora no le roba más, porque se ve que antes estacionaba su volkswagen gol en una esquina y le sacaban las cuatro ruedas, pero después de haber ayudado a la hermana de marita la quiosquera todo el barrio le cuida el gol. Algunos suponen que viene a ayudar porque es médico, pero en realidad viene por Laura, la hija fina de la gorda Gutierrez, Laura Possoli, hija de la gorda cuando era flaca que andaba con un blanquito preocupado por la culpa, un tal Possoli, rubio, que después de darle el apellido a Laura, a la edad de 3 años de esta, desapareció, todos pensaron que se había tomado el palo, pero después se dijo que lo habían hecho cagar los milicos, aunque aun así mucho después se dijo que lo habían visto en Italia, en Florencia. La tal Laura era rubia, como su padre, contrastaba con su madre. La piba, por ser rubia, quiso estudiar, el noviecito se le enojó y la dejó. Ella no claudicó hasta conseguirse el médico, un pibe enamoradizo. Tanto que era capaz de sanar a todo el barrio. Ahora le cuidaban el gol. Entendés la profundidad de la significación?
Se mezclan los negros con los blancos, se mezclan sin querer. Y después están azules, colorados, y la religión también va dando tintes, y entonces es como una pintura la sociedad. Ahi hay un blanco, un poco gorila, rojo, un poco católico reaccionario violeta, un poco humano. Es un retrato, es el retrato feo feo feo de la mona lisa. Es el monoliso. Le tiran con cuchillos y pide tenedor. Este más acá es un negro peronista, no por eso deja de ser menos puto, pero no es marica, es solamente puto, como los putos peronistas. Por ser puto no es tan militante, es un poco militante, bastante peronista, re puto. Fondo negro y encima rosa, azul celeste, azul marino. Cree en dios pero no practica la religión, tiene una tía que va a la iglesia de pare de sufrir, que no sabe si funciona o no funciona, el pastor es un pesado, y cree que le sacan guita. Verde, violeta, marrón. El negro es un paisaje pampeano al atardecer. El pobre es más moderno que el rico en este sentido. El pobre es más rico que el rico, y es más pobre. No tiene para comprarse la moto, pero sabe que nunca va a tener para comprarse la moto, en cambio el rico cree que todo va a seguir así, sin sospechar que pronto no tendrá ni para comprarse la moto. La pobreza es la modernidad, es hacia donde va el mundo. Muy pronto, dentro de unos años, todos serán pobres, todos lucharán por una miga de pan, hasta el panadero luchará por su miga de pan. Es hacia donde va el mundo, el mundo, sin dudas, simpatiza con quienes no tienen nada que perder. Pero insisten en creer en los retratos, en el fondo blanco. El mundo es el paisaje, es bucólico por naturaleza (parece una redundancia, pero observen la música de la redundancia).

Cuando era chico, pibe, éramos tan pobres que no podía tener un billete para nada. Sabés qué hacía, coleccionaba billetes viejos, que no servían más. Así era rico. Coleccionaba billetes, me los regalaban, billetes que habían dejado de circular hacía mil años, o diez años. Me los encontraba, me los regalaban, billetes en perfecto estado. Yo era chico, jugaba, jugaba a que tenía muchos billetes, juhaba a que era rico. Pero no estaba bien visto el juego, entonces hacía como que coleccionaba billetes, hasta que no me miraban, pasaba desapercibido, y entonces jugaba a que los gastaba todos en darme el lujo. Algo que un pobre nunca se puede permitir, el lujo, el exceso, no está permitido eso. La mesura es para el pobre que puede controlarse. Por lo menos así te educan de chico, hasta que te encontrás con una esquina y una droga y un vicio. Viste que los pobres son todos drogadictos, son las drogas que les venden los ricos para que se maten, para que no haya pobres y puedan vivir tranquilos, sin la violencia de tener que verlos todo el tiempo ahi, verlos, la violencia es lo contrario a la paz, y quién no quiere vivir en paz. Demosle paco a los pobres, que se hagan adictos y se mueran de a poco sus neuronas de pobres, piensan los ricos, que les temen a los pobres porque les roban en las esquinas, porque están jugados, porque no tienen nada que perder, porque necesitan comprar más droga para seguir aniquilando sus neuronas de pobres. Dales, dales plata así se mueren antes, dijo el blanco frenando en el semáforo. Que se mueran, los odio, dijo la blanca acompañanta.
Pero los chicos cuando son chicos no saben, no saben todo eso todavía. Juegan con el deseo, quieren vivir el lujo, pibe, lo que te digo, cuando uno es pibe quiere vivir lo que no puede vivir, porque tiene todo el tiempo para imaginarlo. Entonces juega con algo que los ricos no tienen, juegan con plata vieja. Para qué quieren plata vieja los ricos, los ricos tienen la plata nueva, que cuando se vuelve vieja le inventan una nueva para seguir teniendo la plata nueva, la que vale de verdad. Eso se llama inflación. La plata vieja no sirve para nada. En alemania la usaban para cocinar, para encender la estufa; acá la usan los pibes para jugar, la coleccionan. La deberían usar en la escuela pibe, para estudiar historia, para contarles a los pibes pobres que esa plata vieja que no sirve para nada la inventaron los ricos una vez, pero después inventaron otra, y te dan la plata vieja a vos, pobre. Pero los maestros de la escuela, que no son ni pobres ni ricos, todavía creen que pueden elegir entre lo que son y lo que quisieran ser. Y en realidad son pobre gente que quiere ser ricos, son pobres y son pobre gente, doblemente pobre, más pobre que los pobres. Y no les interesa la plata vieja, y enseñar la historia con la plata vieja, y enseñar matemáticas con la plata vieja. No, y entonces es ahi que la plata vieja solamente sirve para que los pibes pobres jueguen a que son ricos, algo que nunca van a poder hacer. Y cuando los miran los padres, o los ricos, se ponen serios los pibes, porque les da verguenza, porque saben que no pueden aparentar lo que no son, no está bien, no está bien visto. Y entonces se ponen serios y hacen como que coleccionan billetes, y le ponen nombre a la actividad: numismática.

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