viernes, octubre 23, 2009

Noticias de la muerte

Apocalípticas, amigos. En los diarios se habla ya como un hecho que va a suceder la semana que viene: las inundaciones, el calor, incendios a diestra y siniestra. El diablo va a subir a la faz de la tierra y se va a cagar de risa de todos nosotros, y de Dios, que va a estar sufriendo por todos sus amados hijos, condenados a este horrible final.
El clima mundial no da para más. Políticamente nos vamos al carajo, anuncian los diarios del mundo, creyendo tocar techo lingüístico en anuncios catastróficos. ¿Qué inventarán después? Algo. Siempre hay más. Pero de todas maneras, gracias muchachos por los esfuerzos, gracias por intentarlo cada día.

El mundo es una bomba de tiempo: y qué detalle, todo lo que tiene tiempo es una bomba. Es una cuenta regresiva mayúscula, pero que algún día tocará a su fin. Salgo un minuto de la página, voy al baño, y este momento escatológico también habla del final, del fin de los tiempos. El mundo como lo conocemos ya no existe, mañana despertaremos y será otra cosa. Es ahora, en un par de añitos: para los creyentes de los mayas quedan menos de mil días... una ganga...

qué te compraste? Un jarrón.
Nos vamos al carajo y yo tengo un plan, dirán macabro dirán sueco, pero muchos de ustedes, lo sé, me van a seguir. Vamos a organizar un final como corresponde, un final feliz. Con orgía, comilona y muerte, como debe ser. Un final como el de los elfos en el señor de los anillos que se suben a un barco que los lleva a ese lugar, al no lugar de marc augé.
Sí, por qué no? vamos todos a la terminal de colectivos y nos ponemos en pelotas mientras le morfamos el pochoclo al pochoclero y el chipá al chipacista, propondrá fácilmente algún desubicado. Y después hacemos explotar una bomba y nos morimos todos, y eso es la felicidad, o un final feliz.
No amigos, lo mismo pensaron los que estaban en las torres gemelas aquel día, y ni siquiera llegaron a robarle el pancho al panchero, aunque sí es cierto que más de una secretaria estaba en su mejor momento.

Pero no, primero debemos construir el mito, darle una vida para que quede algo, una marca. Para que sepan la forma de tu alma, diría luis albert. Yo propongo que raptemos uno de esos barcos cargueros que surcan el paraná llevándose los cereales. lo llenamos de mercadería que previamente chorearemos en el coto y el la gallega porque con un solo super no nos va a alcanzar. transformamos todos los conteiners en refrigeradores y los llenamos de vacas y cosas del super como para que doscientas personas se alimenten durante un mes. y una vez arriba de la nave, unas cincuenta personas, salimos de viaje apuntandole a alta mar. una vez fuera de la plataforma continental armamos la orgía que debería durar entre 6 y 8 horas; va a ser una prueba piloto. después avanzamos contra las ballenas. Las juntamos a todas en un rincón del mar y les decimos claramente nuestro mensaje de paz. Y ahi nos vamos las ballenas y nosotros y nos instalamos en las islas malvinas, hasta que las ballenas se sientan como en su casa. Cuando esto sea así, nos subimos otra vez al barco, y navegamos hasta hundirnos en las profundidades del océano, a lo titanic, chupando morfando y fumando hasta reventar.

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