martes, julio 08, 2008

embarazando putas en kuala lumpur

ese año había corrido la noticia de que el sida había crecido un 84 % entre los habitantes gays de california. yo había terminado mi gira como corresponsal de guerra en bangladesh y decidí tomarme unas vacaciones, un viaje que incluía una parada en madagascar. había llegado el momento tan esperado durante toda mi vida: remontar el nilo desde sus orígenes. visto y considerando la época del año, no necesitaría llevar tanto equipaje, ya que hacía calor y podría ejercitar sin ropas mis abdominales, mientras remaba a favor de la corriente hasta egipto. sin saber cómo, me encontré que estaba saliendo desde un puerto del que estaba a punto de zarpar un barco lleno de mujeres candidatas al miss universo, el galardón máximo para una mujer en este planeta. para algún extraterrestre que no lo sepa, el miss universo es como el premio nobel. de cualquier manera, ninguno de los dos premios era santo de mi devoción, aunque nunca me negaría a viajar a suecia por un cheque no menor de dos millones.
el barco zarpaba, y yo estaba ahi, con mis abdominales al aire. cuando me di cuenta de lo que estaba provocando en esas niñitas de 18 años listas a ser examinadas por el jurado toquetón supe que realmente este iba a ser el viaje soñado: el nilo, las niñitas, el sol bronceandome a tope, las estrellas del cielo nocturno llamando al amor.
el problema surgió cuando me invitaron a subir al barco para que las consuele: no me dejaron. el jefe del jurado decía que como no había pagado el pasaje no me correspondía. el capitán del barco decía que como estabamos en jurisdicción de simbawe no podía, pero apenas entraramos en egipto me ayudaba con la fiestita. las mamás de las chicas estaban escandalizadas: ellas también querían. los padres en general también. yo usé como excusa el porcentaje del contagio del sida en la populación gay para resumir la declinación. el público en general ardía. llegaban mensajes desde todos los rincones del planeta pidiendo mi acceso al barco. muchos de los tripulantes creyeron que yo tenía todo preparado de antemano, pero yo les dije que no era así, que todo esto era obra de la casualidad. y que si no me creían no hacía falta más que ver el kayak en el que me encontraba. por cierto, olvidaba describir mi kayak. era amplio, tenía un pequeño compartimento para guardar la comida que había comprado en los carrefour de la india, los más baratos del planeta.
esa noche una de las niñas, san yin, la concursante china, se volvió loca. entró en panic atac, y como el médico de a bordo estaba ocupado en una operación de complejidad de urgencia hubo que atenderla. nadie se animaba por lo que me pidieron ayuda. yo subí inmediatamente.

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