todos somos tato

descubro con estupor que, yendo en un colectivo, por ejemplo, uno puede escuchar conversaciones telefónicas de otros y deducir qué le están diciendo... como otrora en el clásico programa dominguero del difunto bores que en paz descanse...
antes no era así no era así.

pero para enterarse uno de la vida de los demás no hace falta andar deduciendo qué es lo que le están diciendo desde el otro lado de la linea, basta con intentar dormir aun en la incomodidad de este tipos de injertos móviles que son los buses que van de rosario hacia cualquier lugar del país pero sobre todo al sur de la provincia. en ese intento es normal que aparezcan los personajes perdidos y olvidados de novelas jamás escritas por escritores chinos de poca monta, y se empiezan a conocer y entre ellos, sin saberlo uno, empieza a establecerse un pacto para no dejarlo dormir a uno: se cuentan los más mínimos detalles biográficos sin ningún tipo de vergüenza.
un chico y una chica que se acaban de conocer, tres horas después son grandes amigos, y quién sabe si uno no acaba de ser espectador del comienzo de un amor. ellos, para dejarnos con la duda, intercambian números de teléfono y también mails de messenger (esto no se le ocurría a verne) (ni a bradbury). o bien dos chicas de las cuales uno puede deducir sus características físicas partiendo desde algo tan particular como la textura de una voz: una de ellas tiene una vida desordenada pero no tiene pudor para callarlo, y confiesa que el hombre que la moviliza tiene novia, mientras que a otro le hace escándalos pero en el fondo se le rie en la cara, además la echaron del trabajo pero no piensa quedarse de brazos cruzados y ha emprendido el estudio simultáneo de dos lenguas, una con mayor éxito que la otra ya que ahora puede comunicar su identidad; la otra de las muchachas más tímida, ha sido abandonada por un novio que ahora se dedica a la locura (sale con locas) y confiesa que de enterarse que ese hombre llega a querer a otra se moriría. a ella cualquier pasajero debería ponerse de pie y decirle: "flaca, va a estar todo bien vas a ver".