sábado, febrero 16, 2008

primera aparición de Jorge

¿Por qué era un tipo normal?
Esa mañana, como todas las mañanas, se miró en el espejo y se fijó que tenía ojeras y se acordó que se había acostado después de las dos, cosa que no prefería. Era normal porque siempre sabía que las ojeras venían del coctel de sueño limitado y tres medidas de más de un escocés original. Le gustaba el whisky, y decía que por eso tal vez no era normal, pero qué importaba lo normal a la hora de pasar el rato. Al fin de cuentas, es el único momento del día en que se permiten las perversiones, las mismas que después invaden el resto del día de una persona normal, ya en forma de fantasías, ya conformando una nueva y cruda realidad. Pero si el whisky era una perversión, qué podía decir de otras cosas mucho pero mucho peores. Por lo tanto era algo que entraba en los parámetros de lo normal, así cómo las veinte páginas que necesitaba leer para dormirse. Siempre era el mismo libro que hacía seis meses que no podía terminar, valium de papel.

¿Por qué no usó maquillaje para tapar las ojeras?
Siempre que veía sus ojeras le daban dos terrores, uno el de la vejez, el de saber que el tiempo pasaba y que esas ojeras nunca más se irían, y dos el de la realidad, ya que las ojeras reflejaban una irregularidad que en su normalidad no podía vislumbrar. Hacía ya un buen tiempo, se dirán meses para no decir años, que sus ojeras se habían incorporado a su cara, y eso a pesar de ser algo feo le daban un tinte interesante a su rostro, haciéndolo parecer más atractivo y sobre todo después del último corte de pelo que le dejó "el marco de la cara" mucho mejor. Además existía un inconveniente en todo eso de los maquillajes: ya de pequeño odiaba los maquillajes por considerarlos feminizantes, lo que en la etapa edípica y con el complejo de castración a flor de piel agudizó de tal manera que cada vez que veía una pintura o una crema no sólo salía corriendo sino que además daba portazos. Una vez siendo él todavía un puber su abuela misma le dijo "ya te van a gustar..." lo que interpretó como un indicio de que las personas cambian, pero algunas cuestiones con respecto a ello no cambiaron demasiado.

¿qué hizo después de tomar el desayuno?
Nada del otro mundo. Salió de su casa como cada mañana. Cuando una mañana no lo hacía para ir a trabajar, lo hacía para ir a dar un paseo. Creía que una persona normal tiene ciertas costumbres que se pueden ir alternando pero nunca alterando. Si un día comía carne, era probable que otro día coma zapallitos rellenos, y así. Tenía siete recetas de elaboración o cuatro comidas prácticas favoritas, con alternativas como poner queso a una hamburguesa, o guarnicionar un plato con un huevo frito, o dos. Además contaba con tres números de teléfonos para solicitar pizza a domicilio, algo que una persona normal hace, o debería hacer, una vez por semana. Ahora todo había cambiado desde que el bar de la esquina había cerrado para siempre. El desayuno había dejado de ser algo festivo para transformarse en lo de siempre, una obligación para con su cuerpo. El problema horario complicaba un poco toda la parte digestiva, además, porque si el día era laborable almorzaría después de las 2, pero si era descansable no le daría hambre hasta las 3 y eso postergaría la merienda de las 5 a las 6 y la cena de las 9 a las 10 y media. Para él no era un problema siendo que además podía aprovechar a hacer lo qeu hacen los hombres normalmente, como cenar mirando el partido de fútbol de la tele. El problema, como decíamos, era para su aparato digestivo que, él lo sabía pero no se lo tomaba en serio, lo tenía muy delicado. Y sobre todo después de los últimos meses en que se le había hecho costumbre las tres medidas de más de whisky, y siendo que era un vicio adquirido por el buen sabor escocés. Y todo esto sin cosiderar el vicio del cigarrillo ni las delicadezas de su sistema respiratorio que hacía 3 años que ya se hacían sentir, sobre todo desde que se retiró del fútbol, aquella tarde en que la lluvia había arreciado y luego había salido el sol y habían ido algunas novias de sus amigos a ver el partido, y él hizo un gol de tiro libre y después le tocó atajar y lo hizo tan bien que estuvo como media hora en el arco invicto.

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