viernes, enero 11, 2008

las morochas



Mejor la pasan las morochas. Ocupadas en lavar la ropa de los negros (cuya tarea es la que moviliza la economía del país), pasan el día mirando telenovelas venezolanas y recitando poesía desde los balcones de los edificios. Como no podía ser de otra manera, a la hora de los recitados la calle suele ser un hervidero, por lo que no se entiende nada. De la misma manera, a la hora de la telenovela venezolana, en la calle no queda nadie. A diferencia de los labradores, las morochas no pueden elegir, hacen esa vida todo el año, y por extensión, toda su vida. La fácil previsión las hace felices: es más cómodo imaginar un futuro de bienestar y tranquilidad así que de otra manera. Las telenovelas venezolanas varían su calidad año a año, pero las últimas están viniendo de altísima calidad, ya que poco a poco los escritores argentinos contratados para los guiones han sabido adaptarse a las demandas del público: ya no parecen novelas escritas y llevadas a la pantalla, sino historias reales. Es así tanto que una morocha, el año último pasado, lloró tanto por el rompimiento del amor entre Sofía Claudia y Rubén Ruiz, que tomó la decisión de hacerse sentir, por lo que montó en su volvo y viajó dos días hasta Caracas, encontró al actor y lo abordó el plena calle preguntándole que “cómo puede ser posible”. Las morochas, los fines de semana, salen a bailar salsa y merengue. Es un ritual que sumado al de la misa (es una misa extraña ya que en Surinam coexisten los cultos, pero al haber un solo recinto religioso por ciudad, van todos a la misma sesión y lo hacen valer para todos por igual), no se lo pierden por nada del mundo. Es notable que a las morochas que prefieren la novela venezolana gusten de bailar salsa, así como las que se jactan de decir las mejores poesías en los balcones anden locas por el merengue. Sin embargo todas consumen dulces y salados por igual, pero a la hora de tomar prefieren el vodka, porque se emborrachan más rápido, así como vomitan más rápido y terminan en sus casas más rápidamente también. Sin embargo no todo es vodka. También hay cerveza, caipirinha, piña colada, wisky, ron, tequila, y daiquiris de frutilla (fresa), limón, palmito, ananá (piña), sandía y coco. A la hora de fumar se consiguen habanos a muy buen precio desde que Surinam recibiera refugiados políticos rusos post muro. Pero las lesbianas más radicales prefieren fumar refugiados políticos de otros países un poco más capitalistas.

No hay comentarios.: