miércoles, diciembre 26, 2007

tani modi

era una noche sin luna
y yo dejé la ciudad


vuelven las serenatas. a la luz de la luna! hace 4 días que la luna está llena lo que provocó un estado de ánimo excepcional. esta navidad fue record en aparición de nuevos guitarristas, se renovaron los repertorios, y esta vez sí, todos se sumaron al coro. el 50 % de los amateurs desentonó una o más veces, mientras que el 85% de los estudiantes supo cinco o más canciones.



de todos modos, cuando me propusieron que acampáramos justo en el medio de ese campo yo supe que no, que teníamos que seguir buscando el monte, porque la luna no me gustaba, y aunque era muy de noche, pude ver la nube. por eso los dejé ahi y seguí con mi caballo bayo, hasta perderme. tuve suerte, debo decir, de encontrar la casa vacía, y ahi me quedé, porque el monte todavía estaba lejos, y qué mejor que una casa para protegerse del diluvio universal. apenas llegué puse el agua para el mate y calenté un pedacito de pan. aproveché a que había electricidad todavía y puse a recargar las baterías de mi laptop, pero cuando empezaron los primeros relampagueos la desenchufé, por gaucho cuidadoso nomás. llovió toda la noche. a las cinco de la madrugada sentí el galope de dos caballos desbocados. pude medir la cantidad de lluvia caída en un recipiente que dejé para la ocasión: había llovido 88 milímetros, y seguía garuando fino. dejé mis cosas en la casa y preparé al bayo para salir a la búsqueda del resto del equipo. sabía que iba a poder marcarme el camino tirando migas de pan. aunque las golondrinas estaban de paro, el agua diluiría todas mis esperanzas. decidí encender todas las luces de la casa, asi se podía ver desde lejos. es que el cielo estaba tan oscuro que parecía de noche en pleno día. caminé diez kilómetros y encontré los rastros de un campamento. en realidad, encontré las tiendas armadas, pero nadie había. los había partido un rayo, un mismo rayo. el rayo del mismo zeus. emprendí el regreso a la casa, porque supe que ya no los encontraría. y había dejado las luces encendidas y ya era hora de apagarlas, y además quería chequear mis mails. el sol rajaba la tierra, y considerando que el verano ya había comenzado, rajaba también mi cabeza en mil pedazos. era un sol ipanémico, yo iba silbando garota. claro que andaba preocupado, pero en fin.
contra los pronósticos de todos, encontré la casa. era la misma: ahi estaban mi laptop, las luces encendidas, el mate de la noche anterior. pero algo había cambiado: ya no estaba más deshabitada, y vestía una solera muy corta. los detalles se encuentran en el calendario pirelli del 96, pero yo me asusté. recogí mis cosas y pedí disculpas. ella también se disculpó, estaba de paso hacia la ciudad. yo le conté que la ciudad se había hundido (A6 A7 A8, los últimos tiros había dejado el mapa de nuestro lado medio escaso). le dije que se viniera conmigo, que mi caballo era bayo. me dijo que ella había sido travesti, pero que ya se había operado. aproveché la confusión para tomarmelas. digo la confusión porque el cielo se nubló de repente y ahi fue que empezó el verdadero diluvio universal. ella dijo ayudame a entrar los chanchitos y me voy con vos. agregó algo pero no se entendió por el trueno. yo le dije si si, y lo puse a correr al bayo hacia el oeste, hacia la caída del sol. horas después me di cuenta de que todo había sido un espejismo provocado por el fuerte sol (de hecho me había bronceado). lo único que no parecía un espejismo era la lluvia. tuve que deshacerme de muchas cosas, menos de mi laptop, que es fundamental para mi trabajo, mi medio de comunicación con los inversores. más liviano de carga (me deshice del horno microhondas), el caballo se animó a trotar más y más, aunque el fango convertía al trotecito en un fandango.
antes de que se hicieran las 7 de la tarde y todavía en ayunas, llegamos a un poblado. el diluvio universal estaba en su perfecto preámbulo. yo insisto que las películas tienen que tener finales felices, por eso robamos una romántica en el video club del pueblo. robamos digo porque no había gente que nos la alquilara. es que el poblado consistía en ocho casas y un video club. no había calles, todo estaba en medio de un monte. los pobladores se habían ido a pasar las fiestas de fin de año a murphy. en el centro del pueblo había un cartel que decía: "nos fuimos a pasar las fiestas a murphy, usen lo que quieran pero no se coman el matambre arrollado porque lo vamos a venir a buscar para año nuevo. este año no hicimos vitell toné, asi que deje de buscar".
creí estar muerto y que ese era el paraíso. pero mi caballo lo desmintió, de hecho no había pasturas para ál pero enseguida inventamos algo para que se alimentara. lo metí en una de las casitas para protegerlo de la lluvia. puse la peli mientras atacaba con furia el matambre arrollado (que me vengan a buscar). el vitel toné me lo guardé para el día siguiente (cretinos! sí había vitel toné!) era demasiado tarde para abrir otra botella de champan y ya había chequeado mis mails, asi que me dispuse a dormir. en una de las habitaciones vi la foto de una rubia muy producida y llena de curvas que abrazaba al travesti de la mañana. se notaba que la foto era de antes de la operación. "son todos putos", pensé. dormí plácidamente hasta que me despertó una polución. era de día. miré por la ventana, la pampa estaba inundada, y parecía el mar. "la misma pampa", pensé.
salgo a la verja y veo a lo lejos los cuerpos revolcándose de mis amigos, quemados por los efectos de los rayos. a uno de ellos se le había caído una cosechadora encima. mejor dicho, lo habían cosechado. se había quedado dormido en los trigos y... cosas que pasa. me hablaron de caballos desbocados, de una sirena, y del diluvio universal. pusimos la radio para escuchar el servicio meteorológico, pero quedamos sin esperanzas al captar una señal que repetía incesantemente: "la radio ya no existe, quedó inundada para siempre, y el pronóstico del tiempo es el diluvio universal." comprendimos que quizás éramos los únicos seres vivos sobre la tierra (pobre trava, pero si estaba viva ahi... no somos nada). inmediatamente mis amigos decidieron irse a dormir una siesta ya que no dormían hacía días quizás. ingerimos antes el vitel toné y unas ensaladas que había preparado para la cuestión. comencé a sospechar que el paraíso no era este cuando mis amigos no despertaron más de su siesta. los enterramos muy tristes, con gran esfuerzo, con mi caballo bayo. entonces paró de llover. habían pasado seis o siete días. el campo se secó y se podía andar. al décimo, cuando todo el planeta parecía haber reencontrado la normalidad, mi bayo y yo decidimos irnos del paraíso. dejamos un cartel: "me gustaron las pelis llorar y las de hitchcock, las pornos no se ven bien, acaso están grabadas de un canal que va por codificado?". la ciudad no estaba lejos, estaba ahi nomás, pasando murphy. pero todo estaba vacío. no quedaba nada. pensé que el arca de noé andaría por algún lado. en mis mails no tenía mensajes nuevos, solamente un par de esas publicidades que te venden lubricante para tomar sol. "nadie ata los perros con chorizos", pensé.
entonces apareció eva, y me hice el adán. comimos la manzana y así empezaba la buena época de la fiesta...

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