viernes, diciembre 07, 2007

inocencio I

que linda la ciudad. las luces de la ciudad. tan linda, tanta gente, todos moviendose a lo loco. nunca estuve más de una semana seguida en la ciudad. cómo será? siempre me hubiese gustado estar ahi, vestirme con la corbata y caminar hasta una oficina, porque si yo viviera en la ciudad trabajaría en una oficina, o en una estación de servicio. cómo me gustan las estaciones de servicio, con ese olor a nafta siempre, que te dan ganas de salir volando ida y vuelta a la luna.
seguro que ir a la luna es más fácil en la ciudad, donde hay esos edificios que son tan altos como no sé qué, altísimos, y yo nunca me subí a un edificio de esos, porque cacho vive en una casa hermosa con patio y asador, pero si subiera alguna vez a una terraza así de alta capaz que sí, capaz que la luna se ve más cerca, más grande. qué lindo. y el sol también, pero no porque el sol es caluroso. ya demasiado acá en el campo hay que aguantar el calor, decí que tenemos el tanque australiano del bebedero de los quitos que en los días de mucho calor nos encontramos ahi con el pancho y suele ir la susana, la jimena, y vienen dos o tres más y qué manera de chapalear. las vacas se asustan y no se acercan a tomar el agua... habría que hacerle algo al tanque, para que esté más limpio, porque está lleno de verdín. está más limpio sobre la fin del verano que al principio, porque para el fin del verano ya le nadamos tanto que todo el verdín que tenía se lo sacamos. allá en la ciudad dice la cacha que la gente va a los clubes, y si no tienen piletas en las casas, pero eso es de ricos. en los clubes se ve que va mucha gente. qué raro debe ser que haya tanta gente junta, toda desnuda, qué lindo, la gente, la ciudad

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