lunes, enero 22, 2007

chicken at the disc

estamos llegando a los confines de la pampa. empezamos a ver montañas y la fauna comienza a variar notablemente. incluso los pájaros cantan otras canciones, no menos conocidas. los caballos se detienen a beber, hacemos un recreo de unos minutos. en eso uno de los paisanos viene corriendo y me dice: mire que la noche apremia y allá se acerca una manada de catazu garañu, que es una especie de ñanduces que sufren de un ligero gigantismo. yo le digo: mire la loma, ahi atrás nomás está el monte rodriguez peña, lleve la tropilla que yo me le acerco luego, asi aprovecho y hago un par de fotografías. este animal es famoso porque cada cinco minutos pone un huevo, por lo que supuse que iba a poder encontrar un ejemplar en pocos metros a la redonda, siguiendo la ley de que dos animales no sincronizan, de lo que estaba convencido sobre todo después de haber visto el partido de river y san lorenzo, sabía que lo encontraría. para los viajeros de la pampa no existe premio mayor que el de contar con un huevo de ñandú o avestruz. los más osados tienen dos, y muestran sus cáscaras a todos sus amigos, contando anécdotas increíbles sobre viajes al centro de la tierra. otros invitan a los más íntimos, tres o cuatro, y los deleitan con una sabrosa tortilla de huevo gigante. eso si es un ñandú porá que es el común, pero estos ñanduces eran más grandes por lo que sus huevos son más grandes todavía, y más difíciles de transportar.
en eso vimos la manada. venía acompañada por un grupo de indios recolectores. tres de ellos llevaban boleadoras, que son un instrumento que usan para unir dos árboles con una soga y así poner la ropa al sol. después que los ñanduces hubieron pasado al grito pelado de "somo lo ñanduce venímo sa jugá", canto típico interpretado en ritmo de hinchada de huracán, llegaron hasta nosotros los indios. uno de ellos, el que parecía ser el jefe dijo:
-buenas buenas, estamos acá vendiendo unos huevitos...
-pues bien, y cuánto vienen
-son diez pesos, pero para usted se lo dejamos a seis la media docena jefe
-deme una docena nomás capo
-como no, y se lo envuelvo
-envuelvame 8 para regalo, el resto lo llevo puesto.
-enseguida nomás- y se apresuró a dar órdenes a sus compañeros- calor hace jefe
-todos los veranos hace calor capo
-y sí
-...
-y cómo ve la cosecha, tenemos record este año
-por suerte llovió como esperábamos, no lo podíamos prever
-pero vio lo que está esa soja
-alta por cierto
-en algunos lugares está demasiado perfecta, regular
-sí, incluso el maiz está bello
-hemos estado cazando maices, mientra recolectábamos huevo de estos, y la verdad que estaban buenos, ya está en fecha la cosa
-lo que pasa es que los cosechadores no vuelven de su fiesta en mar del plata todavía, han hecho buena diferencia en el casino
-se ve que este verano ganamos todos, el campo y los turistas
-no me hable de los turistas, me tienen podrido. cada noche salgo a hacer mi recorrida y a cada paso me encuentro uno que siempre tiene una pregunta. si no es que le sauqe una foto es dónde queda el boliche tal, o dónde es la estancia pirula, me tienen harto. deberían prohibir el turismo en la pampa
-por suerte muchos van para donde está el mar, que es mejorcito
-deberían irse todos al mar, y muchos que no regresen. por supuesto que regresen algunos, mejor dicho algunas, no es cuestión que nos dejen así solos mucho tiempo
-ah jefe, anda soleado, pero que cosa
-y bueno indio, la cosa es así, uno hace lo que puede. yo trabajé toda la semana y ahora me quedo al sol y solo, la próxima largo todo y me voy al carajo.
-hace bien patrón, bueno, le dejo, buena suerte
-un gusto hacer negocios con vos negro, suerte, que siga buena la recolección
-gracias patrón, saludos a la doña
-serán dados


ahi mismo nos volvimos al rancherío, a cocinar la mejor tortilla que comería en la puta life.

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