viernes, noviembre 03, 2006

poseído por el ritmo raga-tanga

no es joda, no es casualidad. a mi las casualidades me tienen sin cuidado. casualidad yo el llamo al hecho de haber nacido en un lugar en un tiempo determinado de la historia de la humanidad. casualidad más o menos feliz, no tiene importancia porque como casualidad al mismo tiempo deja de ser algo que pueda ser controlado por la voluntad, y no se confundan, no estoy hablando de teología. la cosa es que después de nacer nos ponemos a hacer cosas y después empezamos con los proyectos de procreación y creación, sin importar el orxden correcto que fuere. algunos tienen el ímpetu más marcado que otros, algunos lo manifiestan inmediatamente en la juventud, otros deben esperar hasta la madurez, otros ni se molestan, otros no lo tienen, otros lo buscan desesperadamente y no encuentran más que salinas. saleros y salinas. sal. porque buscamos en los campos y en las alacenas, fundamentalmente. el temor de no encontrar jamás, los temores en general son terribles e inevitables. y lo preocupante no es no poder crear, que a mi no me preocupa en absoluto. mi gran preocupación que he decidido que a partir de este momento deje para siempre de serlo porque no tengo más ganas de seguir preocuopandome de la vida y de sus cosas, por lo menos hasta el próximo ataque de incertidumbre, decía, mi temor mejor era no poder procrear, pero ahora no lo es más. pero digamos que es un temor mucho más lógico que otros, porque en la procreación se fundamentan todas las posibilidades del hombre, y se reproducen todas limitaciones y las posibilidades de extender esos límites.
no estoy preocupado, no tengo apuro. la cuestión sexual es fundamental, pero no me hagas hablar porque yo no entiendo mucho de las cosas.

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