miércoles, noviembre 22, 2006

esa manía por romper

estamos, como en un impulso adolescente, acostumbrados a la caída, al desbarranco. como una fijación en la etapa anal. gozamos de la derrota, y cuando nos acostumbramos a ganar algo tiene que fallar. y si la rutina nos acostumbra, un día tiene que llegar, ese día que uno se levanta y desde la mañana le empiezan a salir las cosas mal, y después va al baño con esas ganas de cagar que te hacen doler en el estomago y un poco más abajo también y caga con esa diarrea verde que te deja la mezcla del fernet, y cae esa mierda y cae con ese impulso que es la metáfora justa del día que tenes y cae en el inodoro (menos mal que no te caagste encima) y el aguita fresquita del fondo del vaso salpica y te toca, te roza te mima los cachetitos tibios y los cojones y decis: "así es mi día hoy", "esto es el resumen de la jornada", decís, y te miras al espejo y las ganas de cagar no se fueron, y te lavas el orto en el bidet, pero volves a intentarlo porque el estómago los intestinos siguen sufriendo pero vos no, vos no lloras. y te miras al espejo con la mejor y decis... no, no decis.

bueno, ese día es muy diferente al que me tocó hoy, que en realidad está bárbaro, lleno de sol que ahora me voy a tomar, y energía positiva, porque somos la energía que le ponemos.
y ahora me voy a poner a escribir "son las mismas que alumbraron"

No hay comentarios.: