martes, octubre 31, 2006

la chaya del cardo botón

es terapéutico, dijo, venir acá, esto, dijo, es terapéutico, cortar pasto, así...
te desestresas...

después estaba muerto del cansancio. parecía como si hubiese estado todo el día cavando un pozo profundo como ese de la prisión de ese cuento que se escapaban por un túnel, un túnel hondo hondo barril sin fondo... pero después mate cocido, y un remembering con todo. y la tarde se pasaba como esas otras tardes y yo acarreaba todos los años de entre medio de estos y aquellos, como si hubieran pasado pero no hubieran pasado, como si pudiera olvidarme de todo sin olvidarme de nada. antes, quiero decir, cuando hacía pozos, y era menos rico, lo hacía con total y absoluta normalidad, pero sabía que no se trataba de cavar siempre pozos. entendes. pero ahora cavo pozos y es como si no hubiese pasado el tiempo que pasó desde aquel tiempo, quiero decir, el talento no se pierde. ni la estupidez, muchas veces, y lamentablemente.
por eso, no cabe la menor duda, la riqueza absoluta reside en tener todo lo que no se merece. porque no se trata de merecer, me enseñó, porque en el fútbol los goles no se merecen, se hacen, dijo.
y yo quiero quiero quiero creer en esas cosas, y después vienen otras personas que dicen "cosecharás tu siembra" y me resulta fácil creerles a ellos porque siempre viví así, esperando la cosecha, pero no sé lo que sembré, "no sé ni siquiera quién soy, ni de dónde vengo ni a dónde voy, lo importante es la verdad", dijo este hombre ortiz.
ortiz es una larga historia, no por ello menos encantadora. pero como a nadie le interesa me la guardo para mi. y el que no llora no mama. y el que no afana es un gil.

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