martes, julio 04, 2006

la fornarina

me divertía de pensar. me aburría tanto que me ponía a pensar, pero no es que pensaba en algo en particular, pensaba nomás, se iba la idea se iba se iba, y llegaba hasta un establo lejanísimo en el tiempo, con un hombre que decía "no somos libres", y cosas por el estilo como por ejemplo "no podemos elegir, el que no sabe no puede elegir, el que sabe tampoco puede elegir y lo sabe, por lo que ese saber nada aporta"... cosas por el estilo. un estilo macabro. entonces yo me divertí a pensar eso y a pensar que en el establo había caballos, y que no hacía falta pensar que el establo se incendiaba y esas cosas, inmediatamente pensé en poe. porque, digamos las verdades con acentos, yo también era un erudito. cuando me fogueaba en la segunda división practicaba las asociaciones del tipo: decime un tema te digo el autor, decime el autor te digo otro. era como agarrar una pelota de folba y hacer jueguito.
se me pasó por la cabeza una imagen, que relacioné inmediatamente con el hecho de viajar. no puedo contar todas las calles que caminé, pero puedo resumirlas. de todas esas calles siempre me olvido de urbino, fue tan insignificante. sin embargo ahi estaba la casa del pintor rafael, que fue uno de los pintores importantes del renacimiento. digo, por qué no se le ponen a buscar algun secreto a rafael, y después escribis otro best sellers, vos dan, que tan clara la tenés, por qué no te escribís el codigo raffaello, ya que te mofas de todos los escritores del mundo sacando un libro de quinientas páginas cada seis meses, como si los escribieras vos. el caso aira es otra cosa, no vamos a entrar en detalles.
yo, que conocí la casa de rafael, me importa un zapallo. sin embargo me puse a pensar, dejé el establo que es donde quiero ir a vivir en el futuro, y me puse a pensar en la situación actual del arte, en el caso de la contemporaneidad (mis amigos filósofos me matan si escribo la palabra situación tan así, descaradamente). me puse a pensar que en el renacimiento las cosas tenían otro peso, y sin embargo el arte escribió la historia. digamos que en esa época se empezó a escribir la historia, porque de alguna manera, la modernidad, el cambio radical del paso al pensamiento racional, ese salto de lo crudo a lo cocido (que no es una metáfora de la inquisición). que coincidencia tan poco coincidencia...
para qué sirve pensar en la historia, en la historia del arte en particular? una respuesta normal, dentro de los cánones académicamente lógicos, aportarían una idea de que para ver el arte contemporáneo es necesario abarcar toda la historia. me encanta dejar afuera de la historia a los iniciados y a los abstractos. quita la posibilidad de alcanzar el rango de artista a una buena parte de la población. no es un elitismo, es un caso de rigurosidad. y no se puede ser artista entre artistas, y no todos son artistas. pero a la vez, un verdadero artista se confunde entre la gente, alcanza la magnanimidad en la sencillez, repite figuras de otros, copia de la peor manera plagiaria. y ese es un artista. pero hoy en día, que son tantos los artistas y las técnicas del arte (bienvenida sean las técnicas), hoy que se confunde el concepto y el alcance, donde se escribe la historia? entonces conviene revisarla un poco, a la historia, y yo elijo a rafael, y no porque alguno de mi familia haya escuchado a rafael el cantante español, y no porque la pizza sea la comida favorita de ese de las tortugas ninja. digamos que lo elijo porque una vez pintó una mina en pelotas. y después que la pintó se casó. siendo asi también elijo a goya, que pintó a las majas. y si se trata de elegir yo sigo eligiendo.
pero no se trata de elegir. se trata de que todo lo que parecen elecciones no son más que consecuencias, y son concecuencias inútiles, y no tenemos escapatoria. y no es en absoluto importante.
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