domingo, mayo 14, 2006

panem et circenses

en roma juegan la final los dos gladiadores de mayor prestigio en el circuito tulio rafaelus versus marcus rogerius. sólo uno de ellos vencerá, el otro deberá morir. quien muera será olvidado, quien viva... también. la gente mientras tanto se divierte y se la pasa de lo lindo. la gente no tiene nombre, es siempre la gente, la follia. yo que voy caminando entre la gente, que tampoco tengo un nombre, odio el circo, pero amo el pan. simple razon suficiente.

ella que camina como perdida entre la gente, tampoco tiene un nombre. esta vestida para desvestirse, y mira como a través de un humo. yo la llamo y la beso, y ella se rie y se va. yo la sigo, primero con el movimiento, después con la mirada. ella ya se desviste y se queda mirando el horizonte. a mi nunca me mira, siempre mira el horizonte. yo me voy, entonces, porque la repartida del pan ha comenzado y no hay tiempo que perder.

cuando llueve me mojo, cuando me mojo me agarro un resfrior. es lógico, loco, me digo, loco. cuando me agarro un resfrío se me hace dificil respirar por la nariz, entonces respiro un poco por la boca y me empieza a doler la garganta. cuando duermo no ronco pero si no puedo respirar por la nariz por ahi ronco un poco y aunque no me guste la realidad del ronquido es mas fuerte, aunque el sueño es más fuerte que la realidad porque sigo durmiendo lo mas pancho y como que cuando digo pancho digo todo el trio los panchos. si me duele la garganta no puedo cantar. si encima anoche canté, más dificil para cantar hoy todavía. no es que haya cantado tanto, es que el vino y la alegría del vino y la paz cotidiana me hacen cantar. no es que sea bueno todo esto, encuentro un poco de egoismo y de maldad en mis actos, y no puedo decir que no me guste.

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