martes, mayo 23, 2006

otro timbalero

no hay nada que no se pueda solucionar, y todas las soluciones pueden ser encontradas en las moralejas de las fábulas. a mi jamás se me dio por leer fábulas, razón de más para no solucionar ningún tipo de problema, como me suele suceder.
de todas maneras me acuerdo del cuento de conejito y conejón. conejón esta aburrido... en un gallinero, entonces se encuentra con conejito que siempre pasaba por ahi a esa hora y le dice: qué hacés conejito, y conejito se sienta, tarda como siempre en acomodarse, y le responde: "bien, pelotudo, ahora te cuento una historia", y arranca "había una vez una tortuga... que vivía en la casa de un hombre que tenía el corazón muy grande. entonces le tuvieron que hacer un transplante de corazón porque si no se moriría." a lo que conejón le dice, "yo estaré encerrado para siempre nunca jamás, pero por lo menos hablo bien", a lo que conejito le dice "y ahi está la moraleja de este cuento, pero de todas maneras te lo termino de contar" a lo que conejón le dice "pero si al final el hombre se muere" a lo que conejito dice "si, porque siempre se muere, lo interesante es cómo..." a lo que conejón dice "seguro que en el transplante no, porque es una operación exitosa, seguro que después tampoco, porque seguro que no sufre complicaciones, seguro que se muere de muy viejo" a lo que conejito le responde "bueno, tan tan viejo no era, pero un poco viejo... lo atropella una bicicleta" a lo que conejó respondió "y la bicicleta no sólo lo pasó por encima sino que además lo arrojó contra una piedra y rebotó y cayó de cabeza y como quedó inconciente se ahogó porque justo cayó en un charco de agua y grasa de automovil, más precisamente de una mercedes que había estada estacionada en ese lugar durante un largo período en el perdió bastante aceite, entre otras cosas".
la gallina lloró por la tortuguita. la gallina solía llorar por cualquier cosa. la gallina no tenía tetas ni el gallo tenía alas.
conejón y conejito se despidieron hasta el día siguiente. y ese cuento se acabó, menos mal... me agotan las fábulas...


en realidad, escribir algo semejante no tiene sentido. escribir por lo general no tiene mucho sentido, si no se sabe por que se escribe. yo entiendo cuando muchos dicen que desearían ser escritores y escribir libros que se vendan y ser famosos. no saben el arduo trabajo que es ser famoso. hay que saludar a la gente... no es joda. hay que inventarse una firma linda, porque no es cuestión de firmar autografos con una firma de mierda. yo a la mia ya la tengo. de todas maneras es más una firma para cuadros que para libros.
después está la gente que escribe de siempre y que no se imagina a si mismo sin la escritura. son los poetas, que tiene que opinar sobre todas las cosas. ah, insoportables. esos poetas son unos pobretones, y después son también borrachos. unos borrachos opinadores. insoportables.
después están los que escriben porque se olvidan de las cosas. esos son cortos de mente. nunca llegan a conocerse porque siempre se olvidan de quienes eran el día anterior. para ir a la verdulería tienen que hacer una lista de todo lo que necesitan comprar, e incluyen cosas que no se compran en la verdulería como por ejemplo pollo, pan... qué se yo... son tan desconcentrados que al final de la lista anotan "ir a la verdulería". manga de estúpidos...
me encanta poder putearlos libremente. porque qué es la libertad si no es poder mandar a todos al mismo infierno... pero bueno, ya estamos acá, en el mismo infierno. mis cinco sentidos se conmueven con esa frase. mi tacto se conmueve y lo nota el teclado, mi lengua ah milengua... mi nariz siente el olor del aroma digestivo que ya sabeis...
después estan los escritores ya consagrados. esos son los condenados. están obligados a hablar y a ser escuchados... me dan lástima, una vida echada al basural.

tuve que interrumpir. nos pusimos a jugar al gato y al ratón, yo era el gato, y el gato era el ratón.

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