martes, diciembre 11, 2012

tocaremos hasta que aclare eeeee

lo importante, pibe, es no perder la actitud de aprendizaje. Porque viste, acá, uno siempre está aprendiendo, uno no sabe nada. El que se sube al caballo pierde, porque nadie puede ser mejor que otro, te lo digo. Porque es asi de sencillo, no se le puede andar enseñando a los demás cómo tienen que vivir, tienen que vivir como pueden, como saben, como les quepa.
Viste, porque siempre está el comedido, siempre hay un comedido. En ese lugar donde te decía, se la sabían todas. Eran los mejores en esto, y en lo otro y en lo de más allá. Somos los mejores. Y eran de cuarta, así te lo digo, de cuarta más iva. No se podía más, te la vendían, te la querían vender, pero no les compraba ni el loro. Pero no se fundían nunca, porque claro, estaban bancados por el estado. Vendían resortes. En realidad no vendían ni medio resorte a nadie, solamente venía uno cada tanto a comprar resorte urgente, porque necesitaba resorte. Pero sino, quién compra resortes hoy en día? nadie, si está todo computarizado. Todo manejado por computadora. Pero qué te pensas? en realidad va todo con resortes, son resortes mucho más chicos y manejables. Desarmá una computadora, vas a ver, vas a encontrar que está llena de resortes. Bueno, pero estos tipos eran la fábrica de resortes del estado, y no entendían que haciendo resortes bien grandes se estaban desperdiciando. Yo diseño los resortes y soy el mejor resortista, decía uno. Yo los armo con mi máquina de fundición, otro. Y así se estaban echando a perder, pibe, porque no se daban cuenta que esos resortes bien grandes no les servía para nada a nadie, porque no se usan más los resortes grandes, se necesitan resortes chiquititos para poder hacer las cosas computarizadas. y ni hablar de las máquinas de hacer los resortes, del siglo pasado. Pero se negaban, eran negadores. Cometían fraude al estado, en definitiva, un crimen excarcelable, pero tremendo compromiso.
Así les fue.

pam polietileno

dos limericks eran:

Well, you should see Polythene Pam,
She's so good looking but she looks like a man.
Well, you should see her in drag,
dressed in her polythene bag.
Yes you should see Polythene Pam.


Get a dose of her in jackboot and kilt,
She's killer-diller when she's dressed to the hilt.
She's the kind of a girl
that makes the News Of The World,
Yes, you could say she was attractively built.

lunes, diciembre 10, 2012

hasta que aclare

a mi no me gusta tener deudas, pero a quién le gusta tener deudas. Calculo que a nadie. Lo que sí es notable entre aquellos que tienen deudas es la diferencia entre quienes se preocupan por cubrirlas y quienes no. Aun entre ellos hay posibilidad de clasificación, entre los que tienen para cubrirla, hay una gama de muchos colores que distancia a quienes efectivamente las cubren, aun anticipándose a la fecha de vencimiento, y quienes deciden deliberadamente no cubrirlas, denominados garcas. Entre los que no tienen para cubrir la deuda también hay una extensa gama entre quienes se preocupan por conseguir el modo de bancar, y quienes debiendo y aun sin tener con qué pagar, se despreocupan del asunto. Son los jugados.
Pero a quién le gusta tener deudas? el asunto es no tenerlas, y no tener que pagar. Para llegar a ese estado positivo, hay que hacer un trabajo de desprendimiento. Quizás al llegar a ese nirvana uno se termine confundiendo con los garcas y los jugados, los que niegan y los que no tienen nada que perder. Los que niegan, deliberadamente, en materia económica, dominan el mundo. Sólo le temen a una clase de gente, al que no tiene nada que perder. El que niega es rico, puede hacer lo que se le antoje, ahora mismo, puede subir a su helicóptero que está estacionado en el techo de su casa, y que lo lleve hasta el puerto en donde está su yate que es un barco grande casi como el titanic, y con el barco puede adentrarse en aguas internacionales hasta que su abogado se encargue de levantar por las buenas el embargo. El que no tiene nada que perder hizo un agujero en el barco, y no lo hizo de mala fe, estaba rascándose la frente, mientras caminaba por ahi, y empezo a rascar cosas, le picaba el mundo, entonces rascó un edificio, rascó la calle, rascó el muelle, rascó el barco, y ahora el barco tiene un agujero. ¿qué más podía hacer el hombre, si no tenía nada que hacer, y nada que perder?
Los ricos y los pobres se temen. Entre ellos hay una gama de colores de diferencia, incluso de colores que no existen, que no fueron inventados. De cualquier manera, para simplificar, ellos bipolarizan, los ricos y los pobres, los blancos y los negros. Los ricos son blancos, los pobres son negros, los ricos hablan con estilo, con correctitud, los pobres hablan con estilo y correctitud de negro, se revela contra el lenguaje, a propósito, abandona consonantes para acentuar su estilo negro. El rico habla en varios idiomas occidentales, pero sobre todo habla inglés con fluidez y mira las series norteamericanas. El negro, pobre, solo a lo sumo entiende mocovi, algo que no sirve para nada. Tiene recursos para hablar la lengua del conurbano, la única que realmente le puede llegar a servir, y además mira a doctor house, es el apodo de un médico que viene a visitar el barrio dos o tres veces por semanas. Dicen que es buen tipo, está conmovido con el buen trato de la gente que ahora no le roba más, porque se ve que antes estacionaba su volkswagen gol en una esquina y le sacaban las cuatro ruedas, pero después de haber ayudado a la hermana de marita la quiosquera todo el barrio le cuida el gol. Algunos suponen que viene a ayudar porque es médico, pero en realidad viene por Laura, la hija fina de la gorda Gutierrez, Laura Possoli, hija de la gorda cuando era flaca que andaba con un blanquito preocupado por la culpa, un tal Possoli, rubio, que después de darle el apellido a Laura, a la edad de 3 años de esta, desapareció, todos pensaron que se había tomado el palo, pero después se dijo que lo habían hecho cagar los milicos, aunque aun así mucho después se dijo que lo habían visto en Italia, en Florencia. La tal Laura era rubia, como su padre, contrastaba con su madre. La piba, por ser rubia, quiso estudiar, el noviecito se le enojó y la dejó. Ella no claudicó hasta conseguirse el médico, un pibe enamoradizo. Tanto que era capaz de sanar a todo el barrio. Ahora le cuidaban el gol. Entendés la profundidad de la significación?
Se mezclan los negros con los blancos, se mezclan sin querer. Y después están azules, colorados, y la religión también va dando tintes, y entonces es como una pintura la sociedad. Ahi hay un blanco, un poco gorila, rojo, un poco católico reaccionario violeta, un poco humano. Es un retrato, es el retrato feo feo feo de la mona lisa. Es el monoliso. Le tiran con cuchillos y pide tenedor. Este más acá es un negro peronista, no por eso deja de ser menos puto, pero no es marica, es solamente puto, como los putos peronistas. Por ser puto no es tan militante, es un poco militante, bastante peronista, re puto. Fondo negro y encima rosa, azul celeste, azul marino. Cree en dios pero no practica la religión, tiene una tía que va a la iglesia de pare de sufrir, que no sabe si funciona o no funciona, el pastor es un pesado, y cree que le sacan guita. Verde, violeta, marrón. El negro es un paisaje pampeano al atardecer. El pobre es más moderno que el rico en este sentido. El pobre es más rico que el rico, y es más pobre. No tiene para comprarse la moto, pero sabe que nunca va a tener para comprarse la moto, en cambio el rico cree que todo va a seguir así, sin sospechar que pronto no tendrá ni para comprarse la moto. La pobreza es la modernidad, es hacia donde va el mundo. Muy pronto, dentro de unos años, todos serán pobres, todos lucharán por una miga de pan, hasta el panadero luchará por su miga de pan. Es hacia donde va el mundo, el mundo, sin dudas, simpatiza con quienes no tienen nada que perder. Pero insisten en creer en los retratos, en el fondo blanco. El mundo es el paisaje, es bucólico por naturaleza (parece una redundancia, pero observen la música de la redundancia).

Cuando era chico, pibe, éramos tan pobres que no podía tener un billete para nada. Sabés qué hacía, coleccionaba billetes viejos, que no servían más. Así era rico. Coleccionaba billetes, me los regalaban, billetes que habían dejado de circular hacía mil años, o diez años. Me los encontraba, me los regalaban, billetes en perfecto estado. Yo era chico, jugaba, jugaba a que tenía muchos billetes, juhaba a que era rico. Pero no estaba bien visto el juego, entonces hacía como que coleccionaba billetes, hasta que no me miraban, pasaba desapercibido, y entonces jugaba a que los gastaba todos en darme el lujo. Algo que un pobre nunca se puede permitir, el lujo, el exceso, no está permitido eso. La mesura es para el pobre que puede controlarse. Por lo menos así te educan de chico, hasta que te encontrás con una esquina y una droga y un vicio. Viste que los pobres son todos drogadictos, son las drogas que les venden los ricos para que se maten, para que no haya pobres y puedan vivir tranquilos, sin la violencia de tener que verlos todo el tiempo ahi, verlos, la violencia es lo contrario a la paz, y quién no quiere vivir en paz. Demosle paco a los pobres, que se hagan adictos y se mueran de a poco sus neuronas de pobres, piensan los ricos, que les temen a los pobres porque les roban en las esquinas, porque están jugados, porque no tienen nada que perder, porque necesitan comprar más droga para seguir aniquilando sus neuronas de pobres. Dales, dales plata así se mueren antes, dijo el blanco frenando en el semáforo. Que se mueran, los odio, dijo la blanca acompañanta.
Pero los chicos cuando son chicos no saben, no saben todo eso todavía. Juegan con el deseo, quieren vivir el lujo, pibe, lo que te digo, cuando uno es pibe quiere vivir lo que no puede vivir, porque tiene todo el tiempo para imaginarlo. Entonces juega con algo que los ricos no tienen, juegan con plata vieja. Para qué quieren plata vieja los ricos, los ricos tienen la plata nueva, que cuando se vuelve vieja le inventan una nueva para seguir teniendo la plata nueva, la que vale de verdad. Eso se llama inflación. La plata vieja no sirve para nada. En alemania la usaban para cocinar, para encender la estufa; acá la usan los pibes para jugar, la coleccionan. La deberían usar en la escuela pibe, para estudiar historia, para contarles a los pibes pobres que esa plata vieja que no sirve para nada la inventaron los ricos una vez, pero después inventaron otra, y te dan la plata vieja a vos, pobre. Pero los maestros de la escuela, que no son ni pobres ni ricos, todavía creen que pueden elegir entre lo que son y lo que quisieran ser. Y en realidad son pobre gente que quiere ser ricos, son pobres y son pobre gente, doblemente pobre, más pobre que los pobres. Y no les interesa la plata vieja, y enseñar la historia con la plata vieja, y enseñar matemáticas con la plata vieja. No, y entonces es ahi que la plata vieja solamente sirve para que los pibes pobres jueguen a que son ricos, algo que nunca van a poder hacer. Y cuando los miran los padres, o los ricos, se ponen serios los pibes, porque les da verguenza, porque saben que no pueden aparentar lo que no son, no está bien, no está bien visto. Y entonces se ponen serios y hacen como que coleccionan billetes, y le ponen nombre a la actividad: numismática.

sábado, diciembre 08, 2012

señal de la cruz

se persignan y creen que los goles
son prueba de las existencia de dios
"ay diosito cuándo seremos dos"
se envidian el trigo y los girasoles

ya no lo hacen ni los españoles
ya no lo hago yo ni lo hacés vos
a los novios les tiran el arroz
al goleador le tiran con frijoles

y opinan luego Ignacio y Horangel
y el juego cree en las supersiciones
y cada quien vive de cada cual

safó y ahora se agrandó Miguel
pero las cautelas y discreciones
son buen aliento en rosario central



viernes, diciembre 07, 2012

el niño relator




En los campitos de La Chacarita
se arman partidos que no tienen fin,
las camisetas flacas como botijas
van pateando la luna hasta el cantegril.

En los campitos de La Chacarita,
trepado a un árbol vive un niño relator,
que va armando jugadas con su fantasía,
y a la cancha vacía llena de pasión.

Sale Roberto barriendo la marca,
Marcelo que pide, Marcelo que avanza,
ya pisa el área, lo cruza el zaguero,
amaga, se quiebra, lo deja en el suelo
y tira igual, apenas desviado.

Estamos en los descuentos, se viene otro centro,
se viene, peligro, peligro,
sacan a medias, se manda Techera,
les gana la espalda, pegó de primera,
¡al corner!, nos salvamos de milagro.

En los campitos de La Chacarita
alguien dejó olvidado un viejo gol,
que alguna madrugada entre la neblina
sale de atrás del arco para el relator.

Zumba en el aire la bala de cuero,
disparo preciso, pelota de sueños,
rompe barreras, pasa embrujada,
vuela el golero, busca tocarla,
zumba igual, venciéndole las manos.

Quién pudiera detener el tiempo
en este instante
Quién pudiera prolongar el grito
interminable.

¡Rompe la red!
Hermosura de gol.
Usted no fue
pero lo ve
por la garganta de su relator.

¡Rompe la red!
Hermosura de gol.
Usted no fue
pero lo ve
por la garganta de su relator.

¡Rompe la red!
Hermosura de gol.
No era verdad, pero lo ví
trepado a un árbol, aquel día, yo lo ví.

En los campitos de La Chacarita...

miércoles, diciembre 05, 2012

tocaremos hasta que aclare

éramos tan pobres que no podía invitar a salir a ninguna chica. es que no podía invitarla a tomar una cerveza, no sé, un vino, invitarla a pasear en mi coche. No tenía coche, hubiera podido invitarla a pasear a pie. Es romántico cuando se pasea a pie, se trata de elegir las mejores calles, las más pintorescas, para hablar del amor. Pero no sucedía, quién pasearía con un pobre. No digo que no lo haya intentado, lo intenté cuatro veces y quizás debería haberlo intentado cinco, pero éramos tan pobres, tan pobres, que no tuve ya tiempo porque tenía que ir a trabajar y la vida del trabajador, viste pibe cómo es, es tiempo completo. Había que trabajar para salir de pobre, para poder invitar a salir a pasear a una chica, pero sólo podíamos ganar dinero como para llegar a fin de mes, con suerte, sin tomar demasiada deuda. A veces los sábados que no trabajaba íbamos con unos amigos a tomar una cerveza (una) a un bar, no podía ni emborracharme con mi dinero, pero por suerte, no sé por qué razón o exactamente qué tipo de casualidad, dije algo que hizo reir al dueño del local que casualmente pasaba a mirar las cuentas. Empezaron a regalarme cervezas desde entonces y me emborrachaba a más no poder algunos de esos sábados desesperanzadores. Borracho como estaba, no podía acercarmele a ninguna mujer, era desagradable el espectáculo que daba, mientras hacía chistes de obreros de la fábrica de cartón en la que trabajaba como obrero. Sabés cómo le dicen al obrero de la fábrica de cartón, decía en esa época, era mi chiste favorito. Después, cuando me echaron de la fábrica, nos echaron a todos porque tuvo que cerrar porque iba a ser trasladada a Brasil, después, decía, cuando se terminaron los chistes, más pobres que nunca, tuvimos que ponernos a hacer cada cosa que ni te cuento. Pero salir de pobre, estaba difícil, y conseguir una novia, bueno, tenía que ser más pobre que uno, y ni siquiera eso era posible, no conocí nunca a nadie más pobre que yo, qué querés que te diga. Así se va la vida. Entre el laburo y respirar. Para qué te voy a mentir.

martes, diciembre 04, 2012

maldito sea el lunes del diciembre

maldito seas lunes seas maldito
por ser el día en que los delincuentes
reparten ganancias con los gerentes
por ser el día en que cierra El Diablito

maldito seas lunes. Marcelito
y Sebastián descansan de la gente
¿será un descanso o será suficiente?
me pregunto a mi y le pregunto a Britos

pero hoy es martes, y tengo un combinado
futbol cinco a las siete, y el canaya
simultáneamente y se pone a tiro

Ciclo Timia en jeckill. Degenerado
me pongo cuando al fin la noche estalla.
paso por diablo y luego me retiro.

era una ciudad

era una ciudad perdida en la pampa húmeda. con aires de grandeza, sí, pero tan dividida que se quedaba en el chiquitaje. Le dicen así cuando alguien se pierde por su propia soberbia.
Al principio la gente decía orgullosa sus posesiones, contaba que tenía una cantidad de dinero guardada en un lugar recóndito, ostentaban carruajes orlados y brillosos. Se lamentaban que en otra ciudad la gente pobre se divirtiera más, se escandalizaban. Le pedían a dios que por favor no permitiera semejante atropello, que en otros lados otros la pasen mejor que ellos era inadmisible.
Pero era un problema de política. Primero les quitaron algunos vasos comunicantes, después, poco a poco, se fueron echando a perder los colectivos que llevaban y traían a la poca gente que todavía viajaba para comerciar, y no los arreglaron. Al tiempo solamente podía viajar aquel que tenía un vehículo propio, y por una ruta arruinada, lo cual ponía en riesgo su posesión.
Un día ya nadie pudo viajar, pero no a muchas personas les importó, porque en realidad ellos tenían todo, no necesitaban nada de exterior, y además tenían internet, un dispositivo para poder saber lo que pasaba en el mundo que realmente les interesaba: europa y miami.
Aun así los puentes quedaron en pie, las rutas estaban arruinadas, pero los puentes todavía se podían cruzar. Qué iban a hacer con tantas posesiones? Ellos no podían descuidarlas, irse de ahi. Bueno, alguien podría llegar cruzando el puente, quién lo iba a decir... 

lunes, diciembre 03, 2012

tocaremos hasta que aclare II

me hicieron a un lado 
como chiripá para mear


En qué momento te volviste Salvador Lacontra? disparó, ofendido ante la respuesta. Y en el preciso momento en que formulaba la frase decía, queriendo, mucho más. Y en ese momento, desatendiendo a lo que estaba sucediendo, pensaba en que un par de horas antes los había encontrado, leyendo en voz alta el diario del hijo del asesino que tramita la verdad de la clase media. El tiempo pasa, pero las costumbres se imponen, no hay manera de convencer a nadie de eso. Por eso, Salvador Lacontra, que un día se había levantado con un fuerte dolor de cabeza y eso lo depositaba hoy en la vereda de enfrente, en la vereda del que no es capaz de pedir. El tiempo pasa, las costumbres, sin embargo, le ganan al tiempo, y hacen de cuenta de que ayer y hoy son el mismo dia, y el maiz ha crecido, pero la noticia es la misma, es igual, y creer en la noticia es automáticamente un hecho. Sino todo pierde sentido. Si hay que hacer una autocrítica, que sea un examen de conciencia, que sea para confesarse y luego olvidar. Pero a los demás no les vamos a perdonar tan fácilmente. A Salvador Lacontra lo van a cascotear, y el tipo, sin valentía pero sin escapatoria, pondrá el pecho sin sacar espada, o sacándola quizás, desafiante, para que le den sin asco, entonces el mundo va a terminar poniendo las cosas en su lugar, porque el mundo no soporta a la gente que no es conformista. La mata con enfermedades, les interpone accidentes de tránsito, o les inyecta una depresión sin anestesia.
En qué momento habrá sido? en el momento en que amanecía, quizás, que aclaraba, entonces, y el tipo ya enfundaba el instrumento porque la fiesta había terminado. Y salían a la ruta, medios borrachos, medios cansados de tanto andar. Las damas se habían ido a mejores lugares, con otros festejantes, y quizás por alguna razón ese día se había quedado una, por interés, por calentura, quién sabe, y lo esperaba para decirle una palabras que este aprovecharía en su favor, en una enramada. O no, quizás la chirusa se hubiera cansado y no esperó más, encaró la cama y el sueño y a la hora de enfundar la mandolina no quedaba nadie en el salón. O no, lo más probable es que la fulana no haya existido esa noche, que esa noche estrellada y cálida de primavera, fiel noche, noche buena y tierna, noche en que el campo y el rocío juntan ganas juntos, nadie lo haya percibido, o sí, pero no despertó el interés de ninguna, y eso puede pasar, y puede pasar sistemáticamente, noches y noches enteras sin despertar el interés de ninguna. Lo más probable es que alguna, que quizás por alguna casualidad haya preguntado interesada por el músico que estaba dale que dale al trabajo de divertir acompasando corcheas, pero rápidamente una amiga, conocedora del paño, le hubiera dicho que no, que ese hombre no era un buen hombre, que mejor mirara al ferretero, o al sobrino. Y entonces el tipo se iría a dormir, como un esquimal, con el día aclarandose para los ojos del mundo y sobre todo para los que trabajan. Y una agenda así, tan vacía y tan con ganas. Quién iba a decirle, que otra noche más iba a pasar. Pero era una cuestión de que la música debía seguir sonando, porque ese día, que ahora empezaba, tendría en unas horas su propia noche.

sábado, diciembre 01, 2012

tocaremos hasta que aclare

en fin dijo don martín
tocaremos hasta que aclare

es como te lo digo, pibe, en esa época era así. Hasta a mi me daba vergüenza, y eso que era pibe, más que vos todavía. Pero el abuelo se le caía la cara de la vergüenza y enseguida le pedía que lo guardara, al mercedes benz. El tío se quería hacer el banana y apareció con el mercedes descapotable, para que lo miren los vecinos. quién puede llegar a querer un auto en el que entran solamente dos personas. No sé, una pareja de forros. En fin, dijo don martín tocaremos hasta que aclare. Pero bueno, qué le íbamos a hacer? desinflarle las ruedas? no, había que dejarlo con sus lujos, venir a esta casa de gente pobre con tanto lujo. En seguida necesitaba seguir demostrando su poder económico, y empezaba a hacer compras, un televisor, otro microondas, otra licuadora. Le gustaba comprar, gastar dinero. Lavaba sus culpas, por haber estado alejado tanto tiempo de la familia, y entonces hacía como que estaba todo bien y por las dudas llenaba el lugar de cosas, aparatos y cosas que en el fondo le pertenecían. Y todos lo dejábamos hacer, éramos tan pobres, pensábamos que a lo mejor, quién diría, a lo mejor nos tocaría también a nosotros, qué sé yo, un regalo, o quizás nos tocaría con su varita mágica de la suerte china y empezarían a proliferar mercedes benz en nuestras casas. Pero no, no era eso lo que queríamos, y no era envidia. Era esa manera de mostrarse como superior, por tener cosas. Y entonces le decía te acordás de aquella calle, esos árboles que hacían como un tunel verde. Y el abuelo, que se hacía el que estaba a punto de morirse, porque ya estaba viejo que no le iba a errar en eso, pero además porque le gustaba que lo mimaran, como a todos, como a cualquiera, como a mi, lavantaba los ojos al cielo, y decía como que no andaba bien, y el médico le decía lo contrario, que andaba joya, y entonces levantaba los ojos y veíamos las órbitas blancas del fondo de los ojos y el tío guiñaba canchero un ojo, como diciendo el abuelo es un loco y yo tengo mucho dinero, y el viejo me miraba, y no se comía ninguna. Claro que éramos pobres, éramos tan pobres como que no te puedo contar lo pobres que éramos, pero ese año, para esa navidad, íbamos a tomar champan, quizás por última vez, pero ese iba a ser champan champan, nada de monitor, un señor champan de verdad.